
La temporada de anidación de tortugas marinas en las costas yucatecas enfrenta grave amenaza por el acelerado crecimiento de desarrollos inmobiliarios y la creciente población de perros ferales que depredan los nidos. Activistas y especialistas han lanzado una alerta urgente para proteger a estas especies en peligro, particularmente durante su período crítico de reproducción, que abarca de mayo a noviembre.
En playas clave para el desove como Progreso, Chuburná, Celestún, Sisal, El Cuyo y Telchac Puerto, se han documentado casos alarmantes de tortugas adultas muertas y nidos destruidos.
Según el Club de la Tortuga de Telchac Puerto, la situación se ha agravado en los últimos años por tres factores principales: la construcción desmedida en zonas costeras, el tránsito de vehículos motorizados por las playas y el ataque de perros abandonados que excavan los nidos para alimentarse de los huevos.
El Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) reporta que en la región anidan cinco especies protegidas, entre las que destacan la tortuga carey (Eretmochelys imbricata), clasificada en peligro crítico de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, y la tortuga blanca (Chelonia mydas), la más común en las costas locales. La primera enfrenta además la amenaza constante del comercio ilegal de su caparazón, utilizado para fabricar artesanías y objetos decorativos.

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Ante esta crisis, organizaciones ambientalistas exigen medidas inmediatas como la prohibición total de vehículos en playas de anidación, mayores restricciones a desarrollos costeros, programas de esterilización para perros callejeros y operativos más estrictos contra el tráfico de especies. Mientras tanto, voluntarios trabajan día y noche para proteger manualmente los nidos, habiendo rescatado más de 30 en la última semana sólo en Telchac Puerto.
El Día Mundial de las Tortugas Marinas, que se celebra cada 16 de junio en honor al biólogo Archie Carr, encuentra este año a Yucatán ante un panorama preocupante: datos preliminares indican que el 60 por ciento de los nidos no logran eclosionar exitosamente. Con la temporada de anidación en su punto más álgido, especialistas advierten que, sin medidas concretas, algunas especies podrían desaparecer de las costas yucatecas en las próximas décadas.