
La apicultura atraviesa un momento alentador en el municipio de Huhí: el kilogramo de miel se cotiza actualmente hasta en 35 pesos, un aumento significativo respecto a los 28 registrados a inicios de 2023 y los 30 alcanzados en 2024. Este incremento sitúa a la comunidad como una de las mejores plazas de compra-venta del dulce en el estado, en contraste con otras regiones del Oriente y Sur de Yucatán, donde los precios se mantienen estancados.
Ángel Chel, apicultor con más de dos décadas de experiencia y responsable de una bodega local, explicó que la tendencia positiva comenzó con la miel de floración de dzidzilché a principios de año. “En enero empezamos con precios de 30 pesos y en estas últimas semanas ya llegamos a 35 por kilogramo, siempre que la miel pase las pruebas de calidad. El mercado se está moviendo y eso es buena noticia para los apicultores”, señaló.
El productor recordó que en años anteriores se enfrentaron a intentos de comercializar miel adulterada o sin maduración adecuada.
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“Nos llegaron tambores que no eran miel completamente transformada; por eso ahora revisamos cada lote antes de pagar. Un mal producto daña la reputación de todos y frena la subida de precios”, añadió.
En Huhí, muchos apicultores han optado por vender el dulce en envases de un litro (equivalente a 1.5 kilogramos), con precios que oscilan entre 70 y 100 por litro, lo que les permite obtener un margen mayor que al vender por kilo. Esta estrategia, según Erik Novelo, otro productor local, se ha convertido en una forma de enfrentar las fluctuaciones del mercado.
“En familia envasamos la miel para venderla en el pueblo, a visitantes o en Mérida. Así tenemos mejores ganancias y mantenemos la actividad como sustento”, comentó.
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El ciclo apícola actual está en plena transición hacia la miel de tajonal, cuya floración se extendió durante el primer semestre del año. Algunos productores ya iniciaron la extracción, mientras que otros prefieren esperar para concentrar mayores volúmenes y evitar problemas de almacenamiento.
Además de la venta directa, algunos apicultores han comenzado a explorar productos con valor agregado, como dulces, jabones y cremas elaboradas a base de miel y cera, inspirados en experiencias de otras localidades como Motul. Sin embargo, reconocen que este salto requiere capacitación e inversión.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, en 2025 unas 55 familias de Huhí dependen directamente de la apicultura, con producciones anuales que oscilan entre uno y seis tambores de 300 kilogramos, dependiendo del tamaño de los apiarios.