
En Yucatán, el número de mujeres trabajadoras del hogar inscritas al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ha mostrado un avance en el último año, aunque todavía está lejos de alcanzar un nivel óptimo y de cerrar la brecha con sus pares masculinos, advirtió Raquel Aguilera Troncoso, cofundadora y codirectora de la asociación civil Jade Propuestas Sociales y Alternativas al Desarrollo.
De acuerdo con datos oficiales del IMSS, en julio de 2025 se contabilizaron mil 018 mujeres empleadas en labores domésticas con seguridad social, lo que representa un aumento del 13% respecto al mismo mes de 2024, cuando se registraron 899 trabajadoras. El incremento equivale a 119 mujeres más en un año.
Sin embargo, el crecimiento es mucho más pronunciado entre los hombres. En el mismo periodo, su número pasó de 490 a 880, es decir, 390 más en un año, lo que evidencia una incorporación más acelerada del sector masculino.
En materia de ingresos, el salario diario promedio para las mujeres trabajadoras del hogar en julio de 2025 fue de 562.5 pesos, un aumento considerable frente a los 314.1 pesos reportados un año antes. En contraste, los hombres alcanzaron un promedio de 798.6 pesos diarios, frente a 311.9 pesos en 2024, lo que además de mostrar un incremento mayor, refleja una diferencia salarial significativa entre ambos sexos.

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Para Aguilera Troncoso, este panorama responde a factores culturales y de desconocimiento. “Aún hay quienes no consideran el trabajo doméstico como un empleo formal, sino como un ‘apoyo’. Falta difundir que su inscripción al IMSS es obligatoria y que cuentan con los mismos derechos laborales que cualquier otro trabajador”, subrayó.
El padrón de julio de 2025 registra un total de mil 898 personas inscritas como trabajadoras del hogar en Yucatán. Del total, el 12% tiene más de 60 años, una reducción frente al 23% del año anterior. La mayor parte ahora se concentra en rangos de entre 30 y 60 años.
Un problema nacional
A nivel nacional, la cifra también es baja: apenas 59 mil 922 personas cuentan con seguridad social en este rubro, frente a una población estimada de casi dos millones que se dedican a estas labores remuneradas.
Aguilera destacó que la legislación mexicana ya contempla la obligatoriedad de la afiliación al IMSS para este sector, pero que las prácticas, la exigencia de derechos y la sensibilidad social aún requieren fortalecerse.
“Se necesitan campañas informativas, colaboración de todas las instituciones y acciones locales para garantizar que más trabajadoras se registren y reciban lo que por ley les corresponde”, dijo.
Jade A.C. continúa ofreciendo asesorías gratuitas a través del Centro de Acompañamiento a Trabajadoras de Yucatán (CAT), apoyando en cálculos de vacaciones, primas vacacionales y aguinaldos, especialmente tras los recientes cambios en la ley que amplían los días de descanso.
En lo que va del segundo semestre de 2025, la asociación ha acompañado seis casos activos por despidos injustificados o falta de pago de prestaciones cuando las trabajadoras renuncian. Todos corresponden a empleos en Mérida, aunque no necesariamente las trabajadoras son originarias de la ciudad.
Si bien Jade no tiene en puerta un nuevo diagnóstico formal sobre la situación en el estado, Aguilera adelantó que mantienen conversaciones con autoridades de distintos niveles para dar continuidad al trabajo de capacitación y difusión de derechos.
“Es fundamental que los nuevos funcionarios conozcan la normativa y se involucren en garantizar su cumplimiento”, concluyó.