
La selva yucateca es el hogar de un sinfín de formas de vida, que, resultado de los procesos evolutivos, presentan características extraordinarias. Oculto entre cuevas, oquedades, áreas rocosas y algunas construcciones viejas, destaca el geco yucateco de bandas (Coleonyx elegans).
Se trata de un reptil de brazos largos, delgados y delicados, que presenta una serie de franjas amarillas y negras, similares al patrón de rosetas de los jaguares. Es nativo de México y se le puede encontrar desde el sur de Nayarit y Veracruz, a través de ambas vertientes, y hasta el sureste, incluyendo la Península de Yucatán.
Cuando cae la noche, este geco, también llamado cuija manchada o cuija yucateca, recorre su territorio en busca de presas, entre las que se encuentran invertebrados como arañas, grillos y escarabajos. Además de su peculiar color, sus ojos grandes con pupila elíptica y párpados móviles, le otorgan un aspecto estético y llamativo.
Lo matan por creerlo venenoso
Desafortunadamente, la especie se encuentra expuesta a múltiples amenazas, entre ellas la eliminación por desconocimiento. Debido a su aspecto, algunas personas lo consideran venenoso, por lo que suelen matarlo. Además, el cambio de uso de suelo es otro factor que suele reducir su hábitat. Es por eso que la NOM-059-SEMARNAT-2010 lo clasifica como una especie amenazada.