
Fue hallado sin vida, la mañana de ayer, en su celda de la prisión de Villahermosa, Tabasco, Martín Alberto Medina Sonda, ligado al crimen en Mérida de su exesposa Ema Gabriela Molina Canto.
Cumplía en el Centro de Reinserción Social del Estado de Tabasco (Cresset) una sentencia de 50 años por el delito de feminicidio agravado que ocurrió en el 2017 y por desvío de recursos públicos. Los primeros reportes indican que el empresario estaba dentro de su celda y fueron las mismas autoridades carcelarias quienes lo encontraron inerte al hacer la revisión diaria de presos.
Además, cumplía una pena de 12 años por operaciones con recursos de procedencia ilícita, relacionada con actos de corrupción durante la administración del exgobernador tabasqueño Andrés Granier. En la denuncia hecha en vida por la víctima se señalaba que sufría constantes hechos de violencia familiar que concluyeron con su asesinato el 27 de marzo del 2017.
Además, fue sentenciado a 35 años de prisión su cómplice Juan Ramón Moreno Hernández, apodado ‘El Cachorro’, por homicidio calificado en relación con el mismo crimen
Importantes repercusiones
El caso de Emma Gabriela Molina Canto tuvo repercusiones importantes en la protección y la justicia para las víctimas de violencia de género en Yucatán. Medios locales informaron en su momento que, a pesar de múltiples denuncias y amenazas recibidas por la ahora fallecida, no se pusieron en marcha medidas efectivas de protección para ella ni para sus hijos, lo que generó indignación y críticas hacia las autoridades.
Su madre, Ligia Canto Lugo, siguió su lucha por justicia y alertaba sobre las fallas en la protección de mujeres víctimas de violencia. También peleó la custodia de los hijos, hecho que logró en mayo del 2022.

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Según los reportes de las autoridades y medios locales, Ema Gabriela fue asesinada en Mérida por las denuncias interpuestas contra su expareja Medina Sonda, quien, aprovechó su poder político en el 2012, sustrajo a sus hijos de forma violenta para llevarlos a Tabasco.
Ema Gabriela logró recuperar a los menores, pero señaló que su vida corría peligro por las denuncias hechas contra el también ahora fallecido, pero el 27 de marzo del 2017 ocurrió el feminicidio frente a sus hijos.
Se mencionó que ella había vivido 16 años de violencia familiar que culminaron en el crimen. El principal acusado y autor intelectual del feminicidio fue Martín Alberto, quien planeó el asesinato desde prisión, donde cumplía una sentencia por lavado de dinero. Dos hombres fueron los autores materiales del asesinato, quienes la atacaron en la puerta de su casa.
Luego del anuncio de la muerte de Medina Sonda, Ligia Canto Lugo, madre de Ema Gabriela, expresó que hasta que no vea el cuerpo no confirmará el hecho. Añadió que no descarta que el anuncio del supuesto deceso del feminicida de su hija sea sólo una pantalla, por lo que ella duda de todo.
Sin recibir notificación
“Pongo en duda todo, hasta no cerciorarme de manera presencial de que es ese señor. Vamos a dar por verdad lo anunciado, hasta que vea el cuerpo ante mí; lo daré como un hecho verídico”.
Añadió que ni ella ni sus nietos fueron notificados sobre la muerte, a pesar de que ella es la tutora legal de los tres hijos del ahora difunto. Además de que dos de ellos ya son mayores de edad y debieron ser notificados.
Comentó que todo lo que saben sobre el hecho es lo que se ha publicado en los medios de comunicación, porque ninguna autoridad se ha puesto en contacto con ellos.
Por su parte, durante su encuentro con medios, el gobernador de Tabasco, Javier May, se refirió a este hecho y dijo que todo indicaba que se trataba de un suicidio, pero que esperaban el informe de la Fiscalía.
A esto, Ligia Canto respondió que no le importa la causa; para ellos eso no es trascendental. Lo importante, dijo, es confirmar la muerte, y reiteró que no descarta que sea una pantalla para proteger a Medina Sonda.

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La activista fue clara al decir que solamente al tener la certeza de que la dejarán ver el cuerpo, es que viajará a Tabasco, ya que de otra manera no, pues no está en condiciones físicas de hacer un viaje tan largo por nada.
“Tengo que moverme con custodia, son nueve horas; si me van a permitir verlo, viajo, pero si voy a ir a pelearme sin conseguir lo que por derecho le corresponde a mis nietos, no; ya quisiera tener contacto con alguien de alto mando de allá, para que mis nietos tengan certeza”, indicó.
Comentó que siempre ha estado en peligro, y se sigue sintiendo, pues, aunque fuera cierto la muerte de Martín Alberto, el peligro no acaba ni el círculo se cierra.
“El hecho de que él no esté no significa que los tentáculos se hayan ido con él; el riesgo para nosotros, de acuerdo con la línea que tenía, siempre será latente, no desaparece, al contrario, porque al no estar el principal, los lugartenientes van a actuar con más rabia”.