
El sector de la construcción en Yucatán atraviesa una etapa de tensiones económicas y logísticas: los costos de infraestructura han aumentado entre 4 y 5 por ciento, mientras que el déficit de mano de obra ya alcanza las 7 mil personas, reveló Felipe Alberto Canul Moguel, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) en el estado.
En entrevista, el dirigente explicó que el incremento en insumos clave como acero, cemento y aluminio impacta directamente tanto a las empresas como a los clientes finales, lo que obliga a realizar ajustes frecuentes en los costos de obra, especialmente en el sector público.
“Cada alza nos obliga a revisar precios. No podemos mantener las tarifas anteriores si los materiales siguen encareciéndose. Por eso mantenemos una mesa de trabajo con el Gobierno del Estado para evitar distorsiones en los presupuestos”, indicó Canul Moguel.
Proyectos recortados por incrementos
El alza en materiales ha provocado que algunos inversionistas reduzcan o posterguen sus proyectos. “Cuando un presupuesto inicial se eleva por el encarecimiento de insumos, es común que se recorten metas de obra. Eso frena el crecimiento y afecta a toda la cadena productiva”, advirtió el líder empresarial.
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Sobre las nuevas disposiciones del Ayuntamiento de Mérida que exigen códigos QR visibles en las construcciones, como parte del programa Mérida Ordenada, el presidente de la CMIC expresó su respaldo.
“Son medidas que aportan orden y claridad, tanto para las autoridades como para los constructores. Además, mejoran la percepción ante los inversionistas”, afirmó.
Más licitaciones, más oportunidades
A pesar del panorama desafiante, Canul Moguel destacó un incremento de entre 40 y 45% en licitaciones públicas durante el inicio del nuevo gobierno estatal, reflejando una intención clara de mantener el dinamismo en inversión en infraestructura.
Señaló que ya están en marcha proyectos impulsados por el Instituto de Infraestructura Educativa de Yucatán (Idefey), la Junta de Agua Potable y Alcantarillado (Japay) y otras dependencias.
“Es alentador ver que el Gobierno da preferencia a empresas locales y apuesta por generar empleo en el estado”, agregó.
No obstante, uno de los desafíos más urgentes es la escasez de trabajadores calificados. Según estimaciones de la CMIC, el déficit de personal pasó de 6 mil a 7 mil en el último año. Las causas son diversas: desde el auge de la inversión privada hasta la migración de obreros hacia destinos como la Riviera Maya, donde los salarios suelen ser más atractivos.
“Tenemos una fuerza laboral dividida entre obra pública y privada. Y además, muchos trabajadores se van a Quintana Roo en busca de mejores ingresos”, puntualizó.
Pese a las dificultades, el presidente de la CMIC confía en que la combinación de obra pública activa, interés empresarial y apoyo gubernamental permitirá al sector mantener un ritmo estable en lo que resta del año.