La instalación de un enorme escenario en la calle 62 por 61 para la toma de protesta de Renán Barrera Concha como Alcalde por segunda vez y el cierre de las calles aledañas a la Plaza Principal generó gigantescos embotellamientos durante la mañana y tarde este sábado.
El caos vial se agravó mucho más en vista que no se destinaron los suficientes elementos de la Policía Municipal para regular la vialidad y sí fueron ocupados para colocar conos en varias calles, para evitar que los automovilistas se estacionaran.
Una verdadera pesadilla vivieron por ejemplo los automovilistas que se dirigían al Centro, de Norte a Sur, ya sea sobre la calle 62 o la 58.
El problema inició desde las calles 59 y abarcó hacia la zona Norte, llegando las filas interminables hasta el cruce de la calle 37, a la altura de “La Vencedora”, siempre sobre la calle 62.
Para quienes tuvieron la poca fortuna de circular sobre la calle 58, nunca se imaginaron que los autobuses, que generalmente enfilan sobre la 62 de Norte a Sur, rodean la Plaza Grande para enfilar a su paradero sobre la 56 por 59, se les exhortó dar vuelta en la 55 y luego incorporarse a la 58, saturando esta vía, generando no sólo el caos vial, sino contaminación auditiva, contaminación por exceso de emisión de gases ante la lentitud que avanzaban los vehículos y el hecho que los automovilistas y camioneros a cada momento aceleraban el motor y desaceleraban para frenar.
De igual manera los automovilistas que circulaban de Poniente a Oriente sobre las calles 59 y 63 fueron desviados poco antes de llegar a la Plaza Principal, hacia calles que van al Sur, como por ejemplo la 66, cargando la vialidad en esta arteria y bloqueando a quienes circulaban hacia el Oriente, sobre la 67 y 71, y estos a la vez tuvieron serios problemas al llegar a la 60, pues la fila de autos sobre esta vialidad llegaba hasta la 75.
Sobre la calle 60, a la altura de la 65 y la 67, los claxonazos estuvieron a la orden, debido a que los autos que circulaban sobre estas dos últimas arterias y que van de Oriente a Poniente y viceversa, transitaban a vuelta de rueda al toparse con embotellamientos calles arriba o antecesoras.
De igual manera vivieron una pesadilla los automovilistas que circulaban sobre las calles 56 y 64 hacia el Norte, al toparse con intersecciones colapsadas.
La curva del mercado en la calle 56 y siguiendo hacia Correos todo era a vuelta de rueda, agravado por la presencia de autobuses que fueron desviados de sus itinerarios originales.
Peor aún fue para aquellos que se dirigían al Centro de diversos puntos del Oriente de la ciudad, atravesar el primer cuadro fue una aventura de 40 minutos a baja velocidad, principalmente sobre las calles 69, 65, 63 y la 57, esta última fue sobrecargada de autos.
Algunos automovilistas optaban por la calle 77 o en su defecto utilizar la 47.
La jornada caótica en el Centro motivó a cientos de comentarios en las redes sociales y duras críticas contra el Ayuntamiento ante la falta de planificación e información para los meridanos sobre los cierres y bloqueos de calles.
(José Manrique)