Como probable responsable de los delitos de violencia familiar, tentativa de feminicidio y lesiones calificadas (2), la Fiscalía General del Estado le formuló imputaciones a Melchor Eduardo Canché Aké, a quien se envió al reclusorio como medida cautelar de prisión preventiva cautelada y en un procedimiento abreviado confesó los delitos y pactó una condena de 7 años, 5 meses y 10 días de sanción privativa de libertad.
En los hechos investigados se expuso que Melchor Canché es casado civilmente con la agraviada María de Lourdes desde hacía 24 años y de esa relación procrearon 3 hijos, pero desde que se casó con el acusado comenzó a sufrir violencia familiar, golpes, vejaciones y amenazas.
Prácticamente la violaba, ya que a fuerza la obligaba a sostener relaciones sexuales, ante las continuas agresiones decidió abandonar el domicilio donde vivían y se resguardó en la casa de sus padres, en el fraccionamiento Fidel Velásquez, es el caso que el día 8 de julio del 2018 despertó al sentir dolor en la espalda y al abrir los ojos vio que se trataba de su esposo, quien estaba armado con un cuchillo tipo sierra y le gritaba que la iba a matar y que era una prostituta.
El tipo le lanzó un tajo a la altura del cuello, ella trató de luchar por su vida y recibió otra puñalada en el pecho, en la cara, en las orejas, manos y otras partes del cuerpo, los gritos alertaron a los hijos, que despertaron, así como su suegro Emiliano Tec Cen, quien se interpuso entre ambos y también resultó lesionado, esos momentos aprovechó ella para salir a la calle con sus hijos y dar aviso a la policía, que logró la detención del violento Melchor Eduardo.
En su momento la Fiscalía le formuló cargos, fue vinculado a proceso penal y ahora, en un procedimiento abreviado, condenado a 7 años y medio de prisión, al pago de una multa de 40 mil 300 pesos, al pago de la reparación del daño, amonestación pública, la suspensión de derechos políticos y se le niegan los beneficios de ley por no reunir los requisitos.
Al peligroso individuo se le prohíbe acercarse a las víctimas y sus hijos por un plazo de 2 años, luego de abandonar la prisión.
(Armando Gamboa Romero)