Abuelita se salva de no ser arrollada por un camión de transporte de alimentos, la mujer de avanzada edad persiguió al camión por dos kilómetros y le cerró el paso a la pesada unidad, para que el chofer le pague el retrovisor que momentos antes le había desprendido a su vehículo al impactarlo.
La mujer, quien se identificó como Concepción Salas, de 69 años, la mañana de ayer protagonizó una persecución a toda velocidad por más de dos kilómetros en el Periférico para alcanzar a un camión de carga, de la empresa “Alimentos Balanceados Lorgan de S.A. de C.V.”, blanco, matrícula YS-0026-A, que momentos antes la había rebasado y al maniobrar sin precaución le arrancó el retrovisor izquierdo de su Nissan Tsuru, blanco, placas YXU-171-A.
Al ver que desprendió su retrovisor, la abuelita echó una maldición y le dijo a su nieta, de aproximadamente 20 años, que se agarrara con fuerza y aceleró su vehículo para perseguir al camión de alimentos y cobrarle al chofer su retrovisor.
Como película de acción, la abuelita se le emparejó y comenzó a tocarle el claxon al chofer para que se detenga y ajustarle cuentas, pero éste, por el ruido del motor de la pesada unidad, no se percató de lo que ocurría; entonces doña Concepción aceleró la marcha y le cerró el paso al camión.
El chofer, al ver que la mujer le cerró el paso frenó intempestivamente, pero la carga hizo que la pesada unidad se proyecte hacia delante e impacte el costado derecho del coche, arrastrándolo unos metros, para después impulsarlo sobre su eje y quedar frente a frente.
A pesar de la pericia del chofer, la pesada unidad impactó de nueva cuenta el frente del Tsuru, hasta que frenó por completo.
Entonces la señora Concepción abrió la portezuela de su vehículo y con bastón en mano se fue hasta la portezuela del chofer de la pesada unidad, a quien comenzó a reclamarle: “¡Ya viste, te alcancé y me vas a pagar mi retrovisor, no te podrás salvar de pagarlo!”
Un patrullero que observó lo ocurrido rápidamente acudió para auxiliar a la mujer mayor, a la nieta que iba de pasajera y al chofer, pero por suerte nadie resultó herido.
Ambos vehículos obstruían el carril de baja velocidad, justo a la altura del kilómetro 37 del carril interior del Periférico, por lo que se montó un operativo vial para cerrar un carril y medio, y evitar posibles accidentes.
Al lugar llegó la hija de la conductora, quien se encontraba incrédula de lo que había hecho su madre con tal de que el chofer le pague los daños de su retrovisor.
Los ajustadores de las dos unidades se responsabilizaron del daño, mientras un elemento de la Policía Estatal resguardaba al chofer, pues la abuelita le reclamaba por los daños de su retrovisor.
(Melly Manzanero)