
Un reprobable acto de maltrato animal sacudió a los habitantes de Ticul, lo que desató una ola de indignación. Una perrita de tres años, cariñosamente conocida como Moka, fue asesinada a balazos en el barrio de San Sebastián, al Sur de la ciudad zapatera.
El sangriento suceso ocurrió en la calle 10 A entre 37 y 39. Los dueños de Moka fueron alertados cerca de las 8:30 horas por un vecino que les avisó que la perrita se encontraba tirada y agonizando en el suelo. A pesar de la rápida respuesta, al llegar al lugar, ya no pudieron hacer nada por salvarla. Había perdido la vida a causa de la grave herida sufrida.
Según los primeros reportes, la perrita fue víctima de un ataque con arma de fuego. Moka presentaba dos orificios que parecen ser de entrada y salida de algún proyectil, así como sangrado visible en el hocico y un orificio en un costado del cuello, lo que refuerza la presunción de los disparos.
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Hasta el momento, se desconoce el tipo de proyectil utilizado, barajándose entre las posivialidades el uso de perdigones, diablos u otros calibres.
Tras el descubrimiento, los propietarios de la perrita inmediatamente dieron aviso a los números de emergencia. Varios elementos de la Policía Municipal y agentes de la Secreta-ría de Seguridad Pública arribaron al sitio para asegurar la escena y acordonaron la zona.
La gravedad del hecho motivó que se solicitara la intervención de la Fiscalía General del Estado (FGE) y de la Unidad Veterinaria del Servicio Forense. El cuerpo de la perrita será trasladado a, Mérida, para la realización de la necropsia de ley, procedimiento que será clave para determinar la causa exacta de la muerte e identificar el arma que fue utilizada.
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El ataque ha generado una profunda conmoción y un fuerte sentimiento de indignación en la comunidad de Ticul. Vecinos y ciudadanos se han manifestado en las redes sociales y en el mismo sitio del crimen, exigiendo justicia para Moka.
Los dueños de la lomito expresaron su profundo lamento por la pérdida, destacando que Moka estaba acostumbrada a jugar con sus hijos, lo que hace aún más doloroso el suceso y genera incertidumbre sobre cómo reaccionarán los menores al conocer la trágica noticia de su mascota.
La comunidad permanece a la expectativa de las diligencias de la FGE, con la esperanza de que se cinsiga identificar y detener al responsable para que reciba el castigo que mere-ce por este delito de maltrato animal.