
Más de dos horas duró el rescate de un señor identificado como Erick, de 45 años de edad, quien cayó a un pozo de aproximadamente 30 metros de profundidad, en un predio de la calle 43 entre 30 y 32 del barrio de Santa Anade Valladolid.
Las labores fueron realizadas por bomberos, con apoyo de policías municipales y paramédicos, e incluso uno de los rescatistas tuvo que ser atendido, ya que sufrió desorientación y otros síntomas derivados de la falta de oxígeno al interior del mencionado pozo. El hombre caído sí fue llevado a un hospital.
Todo inició al descubrirse el robo de una pantalla plana de un templo de testigos de Jehová. Erick, coordinador del lugar, subió al techo para tratar de buscar alguna pista desde las alturas, y gracias a ello descubrió que el equipo estaba abandonado en un terreno aledaño, y se presume que el ladrón lo dejó ahí para luego recogerlo.

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Entonces, el mencionado coordinador bajó hacia el predio de al lado, pero al tocar tierra firme lo hizo sobre la tapa que protege un pozo, la cual se rompió y él cayó a una profundidad de aproximadamente 30 metros, por lo que comenzó a pedir ayuda.
Su esposa y otros miembros de la congregación religiosa lo escucharon, y ante la dificultad para sacarlo de ahí pidieron ayuda a las autoridades, arribando a los pocos minutos agentes de la Policía Municipal, paramédicos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) además de bomberos.
Dio inicio un operativo para regresar a tierra firme a ese hombre. Un rescatista ingresó al pozo, pero luego de largo rato tuvo que ser sacado porque comenzó a sentirse mal por el poco oxígeno debido a la profundidad de la oquedad.

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Recibió atención de los socorristas, y de inmediato otro bombero se metió al pozo, hasta que consiguió sujetar a Erick, quien poco a poco fue sacado hasta quedar completamente libre.
Los paramédicos lo valoraron y descubrieron que, milagrosamente, solo tuvo algunos golpes y raspones, nada que pusiera en riesgo su integridad física. Aun así, fue encamillado y trasladado al Hospital General para una revisión más minuciosa.
Cabe mencionar que además de la pantalla, también se recuperó una cámara de vigilancia, perteneciente a un local aledaño al templo religioso, en donde el ladrón no pudo ingresar, según se constató.
Los representantes de la iglesia de los Testigos de Jehová decidieron acudir a la Fiscalía General del Estado e interponer una denuncia por el robo, a fin de que se investigue y se dé con el responsable. Se mencionó en el lugar que ya hay indicios de quién podría ser el ladrón.