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Campeche

Agoniza quema de 'año viejo”

El tradicional muñeco de año viejo, que eran colocadas casi en cada cuadra de la ciudad y colonias, está agonizante, primero porque resulta caro rellenarlo de tronadores cuya venta es restringida por las autoridades y lo segundo, es que hay una mayor conciencia del cuidado y protección de los animales, por lo que muchos jóvenes han preferido evitar seguir con dicha tradición.

La mala situación económica de las familias que impera en la entidad, es una de las causas predominantes, al igual que las nuevas tendencias de cuidar animalitos, ha hecho que menos familias continúen con la tradicional quema del “año viejo”; ahora en colonias populares solo tres o cuatro familias participan.

Cabe mencionar que esta tradición, es de origen andina, consta principalmente de crear con base en ropa vieja una figura humanoide que representa el “ser”, es decir, cada una de las personas; en su interior contiene hojas secas y pirotecnia que representan las cosas malas ocurridas durante el año y que se quieren olvidar.

Cada último día del año estos muñecos son colocados en las fachadas de las viviendas para que, en punto de la media noche sea incinerado.

Dicho ritual, según José Canul que desde hace 40 años la realiza con su familia, es un acto de purificación para alejar la mala suerte y de transición, pues también se celebra la llegada del nuevo año “y si es real, te ayuda a liberar el estrés, las malas energías, los tragos amargos y hasta te sientes más feliz”.

Aunque dijo que año con año la situación financiera de su familia es complicada, Concepción Canul, habitante de Samulá comentó que buscan la manera de mantener viva la tradición. “Nosotros en mi familia, tuvimos que implementar la cooperación, cada familia debe donar un poco de “palomitas” (pirotecnia) que es lo más caro, otros dan un pantalón, otros la camisa; los sobrinos son quienes se encargan de buscar hojas secas y llenar el muñeco con la palomita. Si no lo hacemos así la verdad es que no podríamos tener nuestro “año viejo” para quemar”.

En contraparte, Andrea Huicab asegura que para ella, adquirir piñatas alusivas al “viejo” es más fácil y cómodo pues por el ajetreo laboral familiar es complicado reunirse para elaborarlos ellos mismos “La verdad yo los compro. Todos mis hermanos trabajan y no nos dan vacaciones en estas fechas más que el mero día así que se nos complica elaborarlo”, Detalló. Todos coincidieron que la tradición de “quemar al viejo” se está perdiendo año con año, “está a punto de la extinción ya que las nuevas generaciones se dejan llevar por las nuevas modas ambientalistas evitando pirotecnia”, señalaron.

Dijeron que es importante preservar la tradición no por la quema y des estresante que suele ser la actividad sino que debe considerarse como un tiempo familiar de convivencia.

(Jorge Chan)

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Dirigente del PAN, principal promotor de Farías