CAMPECHE, Cam., 23 de mayo.- Las dos personas que fueron exhibidas por los elementos de la Policía Estatal Preventiva (PEP), y privados de su libertad, y además del robo de su cartera y teléfono a un menor de edad, piden castigo a los elementos de la unidad 457, pese a que la Secretaría de Seguridad Pública le ofrece la cantidad de 2 mil pesos al menor para que no denuncie a los uniformados.
Alrededor de las 11 de la mañana del jueves acudieron a la Comisión de los Derechos Humanos a levantar sus denuncias por abuso de autoridad, privación de libertad y maltrato psicológico a dos personas, entre ellas un menor de edad con las siglas L.A.P.G de 15 años, peón albañil y estudiante, así como Ricardo Norberto Pérez Góngora, quién se desempeña como verificador domiciliario de un corporativo.
El pasado martes 21 de mayo, alrededor de las 14:30 horas, quien después de realizar una verificación y al terminar sus labores en el poblado de Chiná, optó por tomar el transporte para dirigirse a Campeche, sin imaginarse que más tarde sería asegurado y privado de su libertad por los elementos de la PEP, junto con un menor de edad.
En el mismo poblado, un moto-patrullero detuvo la unidad antes de que saliera del pueblo para pedirle al operador que apagara el motor y subiendo el uniformado, les pide a los usuarios que llevarían a cabo una revisión de sus pertenencias y que tuvieran a mano su identificación oficial.
Ante esta situación, los pasajeros alarmados acceden a la petición del elemento y dicen que están en las mejores disposiciones de la revisión, ya que en el poblado se llevaba un operativo para la captura de unos ladrones.
Cabe señalar que otro de los policías señaló a Pérez Góngora y al menor de edad para que fueran bajados, luego de algunos minutos después de la revisión, los invitaron a bordar la unidad, la cual continúa su marcha, ya en la altura del entronque de Chiná y el Periférico Pablo García y Montilla, el camión es interceptado por varias patrullas, y una vez más son obligados a bajar de la unidad, únicamente ellos dos, los pegan en la parte del costado del camión para luego colocarles las esposas y subirlos a la unidad 457, por lo que el afectado les pide una explicación a los uniformados, pero éstos les indicaron que estaban siendo señalados como ladrones, al igual que al menor de edad.
Una vez en la góndola de la unidad son jaloneados del cabello y acostados para luego una de las féminas de la PEP, le pone sus rodillas en sus espaldas, estando boca abajo. Les preguntan que dónde estaban sus demás compañeros; sin saber qué responder el joven, fueron llevados a la Secretaría de Seguridad Pública, donde permanecieron por varias horas.
Mientras que L.A. P. G. era interrogado por los uniformados, exigiéndole dónde se encontraban sus compañeros, comentándoles que no sabía de qué le estaban hablando, sin imaginarse los elementos que el menor es hijo de un agente de Vialidad de la misma Secretaría de Seguridad Pública, sin que éste nunca fuera informado que su hijo se encontraba asegurado, incomunicado y privado de su libertad.
Por su parte, Pérez Góngora hace un llamado a los medios de comunicación para que no sigan exhibiendo las imágenes y fotografías que les fueron tomadas durante el aseguramiento en el autobús y que siguen difundiendo, ya que afecta a su persona, pues sus clientes lo van a catalogar como delincuente, aunque la empresa en la que labora ya tiene conocimiento de los acontecimientos, por lo que también levantó la denuncia contra los medios de comunicación en la Comisión de los Derechos Humanos para que les haga un exhorto.
(Héctor Zavala)