CHAMPOTON Cam., 20 de septiembre.- En el día a día del proceso de gestación de la naciente Cuarta Transformación de la República, que hoy está empeñado en cristalizar en el país el Presidente, Andrés Manuel López Obrador, resulta muy natural la reacción de aquéllos que perdieron sus privilegios de vivir cómodamente con gastos personales, cargados al presupuesto del erario público, que al perderlos los tiene con la mirada al cielo.
El ex dirigente parlamentario, Rodolfo Salabarría León, señaló que cuando la realidad latente alcanza en su desplazamiento a los prianistas, no sólo atinan a oponerse a ese cambio de sistema gobernante que demanda el pueblo, sino que además cometen el yerro de pronunciarse públicamente para que la corrupción, la impunidad, el fraude y el tráfico de influencias continúen imperando en nuestro sistema de impartición de justicia, entre ellos está el Estado.
Abundó que los idóneos aliados con los que cuentan y que hasta el día de hoy se visualizan en cada una de las administraciones públicas de los tres niveles de Gobierno, destaca desde el propio burocratismo ejercido por funcionarios que se encargan de obstruir el dinamismo que requiere y demanda la sociedad en general, para que se les atienda con oportunidad y rapidez las respectivas necesidades de su colectividad que incurren hasta en descalificaciones que debe tomar en cuenta el Gobierno de López Obrador.
“Amén que la ausencia de una respectiva participación ciudadana frenada mediáticamente por los propios intereses del corrupto Gobierno prianista que aún se niega a morir, también de forma indistinta se dan las propias traiciones fraguadas desde el propio interior del partido Movimiento de Regeneración Nacional, que le sigue apostando al virtual fracaso y caída del Gobierno de López Obrador, del cual deben hacer un análisis en este primer año”, sostuvo.
Consideró que “en ese desbordamiento morenistas de pasiones y ambiciones políticas personales, no sólo se exhiben las frustradas aspiraciones al Gobierno Estatal, también la de sus lacayos que han violentado públicamente el régimen moral bajo el cual debe conducirse cualquier ciudadano.
“En este contexto tenemos que reconocer que los enemigos del Presidente de la República, López Obrador, no sólo son sus adversarios partidistas a quienes venció en las pasadas elecciones, sino también esos aliados y disfrazados hoy de morenistas, quienes desean alcanzar el poder por el poder aun pisoteando los principios culturales y cívicos de los pueblos, que se niegan a dejar esta trinchera de despotismo y corrupción, por lo que en estos momentos ponen la mirada en el cielo como pidiendo una señal al Creador”, concluyó.