La exposición constante de niñas, niños y adolescentes a las redes sociales está generando una nueva realidad emocional que preocupa a especialistas: permanecer ‘24/7 conectados’, participar en dinámicas como ‘funar’ a los compañeros, crear stickers ofensivos o involucrarse en intercambios de tipo sexual (sexting), está derivando en estrés, ansiedad, depresión e incluso en ideaciones de muerte entre estudiantes de primaria y secundaria, quienes expresan el deseo de ‘desaparecer’ para dejar de sufrir acoso escolar o sexual.
Ante los 264 casos de ‘riesgo psicosocial’ que atendió la Secretaría de Educación (Seduc) en el Ciclo Escolar 2024-2025, 96 de ellos por violencia escolar y sexual, el presidente del Colegio de Psicólogos de Campeche A.C., Luis Miguel López Cuevas, advirtió que este fenómeno representa un problema creciente, potenciado por el uso sin control de la tecnología. “Hoy los jóvenes viven conectados las 24 horas del día a las redes sociales.
Noticia Destacada
Baño de Sal para purificar las almas: leyendas que resisten al tiempo en Champotón, Campeche
Han adoptado nuevas formas de interactuar que no siempre son compatibles con nuestra cultura o valores. Buscan imitar conductas, acumular ‘likes’ y ser aceptados digitalmente, pero al hacerlo pierden el contacto humano y la empatía”, explicó. López Cuevas señaló que, dentro de estas plataformas, se generan intercambios de imágenes, burlas, exclusiones o publicaciones denigrantes, prácticas que han normalizado el acoso digital.
“Ahora se puede agredir con un meme, un sticker o una ‘funa’; el problema es que eso puede destruir emocionalmente a quien lo recibe”, subrayó. El especialista advirtió que cada vez hay más casos de niños y adolescentes con síntomas de depresión y ansiedad en planteles de educación básica, y que en algunos se ha identificado un aumento en la ideación suicida, originada por la presión social y el acoso en línea. Y es que el riesgo del uso prolongado de redes sociales en dispositivos electrónicos incluye distracción, bajo rendimiento académico, problemas de conducta e incluso acoso cibernético (ciberbullying).
A nivel de salud, el uso excesivo puede generar problemas físicos como dolor de cuello y cabeza, trastornos del sueño, y problemas emocionales como ansiedad, depresión y adicción a la tecnología. Al estar expuestos por tiempos prolongados a pantallas de dispositivos, disminuye la secreción de melatonina, hormona que regula el ciclo del sueño y vigilia, y aumenta los niveles de cortisol, hormona del estrés.
Esto impide a la persona dormir de forma adecuada. Ante este panorama, recomendó a los padres vigilar el uso del celular, establecer horarios y conocer con quién interactúan sus hijos, además de prestar atención a cambios de comportamiento, aislamiento o tristeza. También lamentó que las escuelas carezcan de psicólogos clínicos y que las instituciones públicas estén saturadas, lo que dificulta una atención oportuna.
SÍGUENOS EN GOOGLE DISCOVER: DA CLICK AQUÍ