Con la llegada del Año Nuevo, las familias y amigos en distintas partes del mundo mantienen vivas las tradiciones de regalar artículos simbólicos que representan prosperidad, salud y buena fortuna. Estos obsequios, más allá de su valor material, se convierten en gestos cargados de esperanza para el ciclo que inicia.
Entre los más populares se encuentran:
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- Las 12 uvas de la suerte, consumidas al sonar la medianoche, cada una acompañada de un deseo para los próximos meses.
- Plantas de prosperidad, como el bambú de la suerte, la ruda o el árbol de jade, recomendadas por el Feng Shui para atraer abundancia y energía positiva.
- Monedas doradas o billetes doblados, que se entregan como símbolo de riqueza y estabilidad económica.
- Velas de colores, cada una con un significado: las amarillas para el dinero, las rojas para el amor y las verdes para la salud.
- Figuras de animales, como el elefante con la trompa levantada, considerado un amuleto de protección y buena suerte.
- Bolsitas de semillas o granos (arroz, lentejas, frijoles), que representan fertilidad y abundancia en el hogar.
En países como México, estas prácticas se mezclan con costumbres locales: regalar ropa interior amarilla para atraer dinero o roja para el amor, así como compartir panes y dulces tradicionales que simbolizan unión y alegría.
Los especialistas en cultura popular señalan que estas tradiciones cumplen una doble función: reforzar la convivencia social y alimentar la esperanza colectiva en tiempos de incertidumbre. Aunque no existe evidencia científica sobre su efectividad, su valor radica en la fe y el simbolismo que cada persona otorga al gesto.