
La Secretaría de Medio Ambiente, Biodiversidad, Cambio Climático y Energía del Estado de Campeche (SEMABICCE) compartió un video instructivo para impulsar una práctica ancestral que puede ser clave en la seguridad alimentaria urbana: el ka’anche’, una técnica maya de cultivo en camas elevadas que permite sembrar hortalizas en espacios reducidos y sin acceso directo al suelo.
Se trata de una estructura rectangular elevada, hecha tradicionalmente con maderas de monte, que facilita el cultivo de pequeñas plantas en casa, disminuyendo el riesgo de plagas y el consumo de recursos. Es una opción útil para hogares que carecen de patios o tierra directa, ya que requiere menos suelo, es ergonómica y puede adaptarse a diferentes climas.
En esta versión contemporánea, se utilizaron residuos de madera, patas a la altura de la cintura para evitar agacharse, y un forro interior de bolsas plásticas o costales, asegurando que el sustrato no se derrame. Además, se colocaron orificios de drenaje en el fondo y se usó una mezcla de tierra con hojarasca para lograr buena estructura y porosidad. Para contrarrestar las altas temperaturas, se propone añadir un techito de hojas de palma seca, que brinde sombra y retenga la humedad.
Una vez lista la estructura, se trazan surcos en la tierra para depositar las semillas, las cuales deben regarse diariamente durante las primeras etapas del crecimiento.
Históricamente, el ka’anche’ —palabra que en lengua maya significa "hortaliza en alto" o "huerto elevado”, era empleado por las comunidades del sur de México para proteger sus cultivos de animales y mantener un control visual de las plantas. Esta técnica formaba parte integral de los huertos de traspatio mayas, práctica aún vigente en muchas comunidades indígenas. Diversos estudios han documentado su relevancia en el manejo agroecológico y como herramienta de educación ambiental.
Este tipo de agricultura no solo promueve el cultivo urbano sostenible, sino que también honra el conocimiento tradicional y refuerza los vínculos culturales con la tierra y la autosuficiencia.
JGH