
La falta de información y la pobreza son dos factores que inciden en la desnutrición de los campechanos, señaló la licenciada en nutrición Diana Cutz Espino; mientras que la diputada Delma Rabelo Cuevas, de la Comisión de Salud en el Congreso de Campeche, señaló que faltan más campañas de información que coadyuven a hábitos saludables de alimentación.
Explicó que la desnutrición puede tener dos orígenes: primario o secundario, siendo el primero por una ingesta deficiente de alimentos por distintos factores, como la falta de disponibilidad alimentaria y la falta de accesibilidad, es decir, que la población no cuente con el recurso para adquirirlos
“Cuando hablamos de desnutrición secundaria nos referimos a distintas enfermedades que pudieran generarla, ya sea porque demandan un mayor consumo energético o porque interfieren con la captación de los nutrimentos”, indicó.
También hay situaciones donde ambos factores se combinan, generando una situación muy poco favorable para el individuo y su desarrollo.
Aumentan diagnósticos
De acuerdo con información de la Secretaría de Salud (SSa) Federal, en Campeche fueron detectadas más de 300 personas diagnosticadas con desnutrición durante 2025, problemática que va en aumento, al registrarse un repunte del 78 % comparado con el año anterior.
Urge reforzar campañas
Delma Rabelo subrayó la urgencia de reforzar campañas de concientización sobre alimentación sana, especialmente entre niñas, niños y adolescentes. Señaló que alimentarse bien no es un lujo, es un derecho y una necesidad básica para el desarrollo pleno.
“Hemos normalizado el consumo de productos ultraprocesados y comida chatarra, sin dimensionar sus efectos en la salud física y mental: obesidad infantil, diabetes, enfermedades cardiovasculares, además de alteraciones emocionales y de concentración en el entorno escolar”, advirtió.
Desde el Congreso, han impulsado propuestas para promover espacios de bienestar integral en escuelas, fortalecer la educación alimentaria y garantizar entornos escolares libres de comida chatarra, medidas que —afirmó— pueden transformar realidades.
Resaltó que no solo se trata de informar, sino de cambiar hábitos y proteger a la infancia de un sistema que muchas veces pone las ganancias por encima de la salud. Alimentarse bien —concluyó— debería ser una política de Estado, no una excepción.