Campeche

Hábitos alimenticios poco saludables afectan gravemente a la infancia campechana

El patrón alimenticio infantil en Campeche, basado en comida chatarra y refrescos, está provocando una crisis silenciosa de salud pública, con consecuencias en el rendimiento escolar y en el desarrollo económico del estado.
Niñez en riesgo: alimentación deficiente agrava salud y rendimiento escolar
Niñez en riesgo: alimentación deficiente agrava salud y rendimiento escolar / Alan Gómez

Por cada 10 niños, 8 presentan problemas de sobrepeso u obesidad; y de estos, el 90 por ciento está propenso a desarrollar enfermedades cardiovasculares o diabetes mellitus antes, o a más tardar, a los 20 años, alertó el especialista en nutrición Aarón Eduardo Casanova Jaramillo, quien además reconoció que la mala alimentación comienza en el hogar.

Explicó que uno de los principales problemas en Campeche es la falta de educación nutricional en las familias, quienes comúnmente consumen alimentos poco saludables, ya que desayunan quesadillas con chocomilk, almuerzan espagueti o sopa de coditos, y cenan hamburguesas o hot dogs, mientras que, durante el día, ingieren entre uno y dos litros de refresco embotellado.

“¿Qué nos dice este patrón alimentario? Que hay un alto consumo de azúcares, harinas refinadas y carbohidratos simples, pero prácticamente nada de fibra, vitaminas ni minerales. Existe un déficit muy alto de proteínas y un exceso de grasas saturadas y trans, lo cual produce inflamación sistémica. Esto es lo peor que podemos darle a un niño”, puntualizó.

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Asimismo, aseguró que este tipo de alimentación está relacionado con el aumento de casos de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) en niños, como lo han demostrado diversos estudios. Por ello, subrayó la importancia de que las mujeres cuiden su alimentación durante el embarazo.

“Si un niño con TDAH consume alimentos poco nutritivos, el problema se agrava. En las escuelas vemos a muchos niños con hiperactividad, dificultades cognitivas, falta de atención en clases y bajo rendimiento académico”, advirtió el nutriólogo.

Esto, añadió, también repercute en la vida adulta, ya que muchos jóvenes no logran desenvolverse adecuadamente en el ámbito laboral, lo cual afecta directamente el desarrollo económico y productivo del país.

“Algo tan básico como la alimentación puede impactar de manera directa en los temas productivo, laboral y económico de una nación”, remarcó Casanova Jaramillo, al reiterar que muchos niños con sobrepeso u obesidad están en riesgo de desarrollar, a los 20 años, enfermedades como hipertensión, diabetes mellitus y, en el caso de las mujeres, trastornos hormonales.

Recordó que el programa Nutrición en la Escuela, diseñado para fomentar buenos hábitos alimenticios desde la infancia, fue una buena iniciativa, pero enfrentó la resistencia de muchos padres de familia y falló en la capacitación de los responsables de comedores, así como de maestros y directores. Situación que, advirtió, podría estar repitiéndose con el programa Vive Saludable, Vive Feliz.

También aclaró que comer saludable no significa simplemente ingerir una ensalada o un plato de frutas con granola y miel, ya que esos platillos, aunque aparentan ser sanos, carecen de equilibrio: les faltan grasas saludables, proteínas y carbohidratos complejos ricos en fibra. Finalmente, Casanova Jaramillo señaló que es necesario que la población se interese de manera real en su salud y no espere a llegar al médico con enfermedades crónicas, como la diabetes mellitus mal controlada o patologías renales, entre otros problemas.