
Para los acuicultores de Puerto Rico, en la Península de Atasta, no hay salvación si la sequía continúa. Desde la última lluvia en marzo, los 20 jagüeyes que abastecen a esta comunidad registran ya un 50% menos de agua, alertó Florentino Morales Reyes, presidente de la Unión de Pescadores y Acuícolas del municipio de Carmen. En la última semana, algunos productores han perdido entre cinco y diez mojarras por día.
Morales Reyes explicó que los efectos del calentamiento global son cada vez más evidentes, y Puerto Rico no es la excepción. Así como sufren los productores de jaiba en Atasta Pueblo, los acuicultores se enfrentan a una sequía que podría agravarse aún más en 2025, superando incluso la crisis del año pasado.
Durante el 2023, dejó de llover en noviembre, y la falta de precipitaciones continuó hasta junio de 2024, generando seis meses críticos en los que muchos perdieron su producción. Actualmente, aunque hay jagüeyes de hasta siete metros de profundidad, en muchos casos solo hay tres metros de agua, lo que aumenta la temperatura, disminuye el oxígeno y provoca la muerte de los peces, principalmente durante la madrugada.
“Estamos preocupados porque por años nos hemos dedicado a esto”, expresó Morales. Añadió que no tienen cómo abastecer de agua a los jagüeyes, y la única alternativa sería usar bombas para oxigenar, aunque sin agua suficiente, estas soluciones no son viables.

El líder acuícola lamentó que las autoridades no hayan visitado a los productores de la Península para acordar medidas que eviten pérdidas económicas a cientos de familias que dependen de esta actividad. “Pensamos que antes de Semana Santa vendrían a vernos, pero no fue así”, señaló.
Finalmente, mencionó que incluso representa un riesgo personal para los pescadores ingresar a los jagüeyes en busca de rescatar lo poco que queda, pero harán todo lo posible por salvaguardar su sustento económico.