
Las altas temperaturas, costos energéticos y la presión del coyotaje son los grandes desafíos que enfrenta actualmente la producción acuícola en la región de la Península de Atasta. Para evitar pérdidas en su inversión, los productores han buscado mecanismos como vender mojarras carpas en Ciudad del Carmen o ofrecerlas a otros mercados fuera de Tabasco, donde se concentran los principales coyotes que acaparan la compra en las comunidades.
Ayer, en la explanada de la Dirección de Turismo y Desarrollo Económico, se llevó a cabo una venta de mojarra a 85 pesos por kilogramo, con el objetivo de apoyar a un productor atasteco que aseguraba perder su producción.
El señor Martín Frías Flores, propietario de la granja de mojarra “La Lupita”, ubicada en la comunidad de Nuevo Progreso, arribó a la Isla con más de 700 kilogramos de este pescado y en una hora con 40 minutos se agotó.
Cuestionado sobre la actividad y el motivo para vender su producto en la Isla a un precio menor, explicó que su producción reciente superaba los seis mil kilos de mojarra. Sin embargo, la urgencia de colocar el producto en el mercado lo llevó a buscar alternativas para evitar la intervención de los coyotes.

“El coyote llega y te quiere pagar en 65 pesos el kilo en la granja; aquí lo traemos directamente al consumidor a 85 pesos y nos va mejor a todos”, afirmó Martín.
La más reciente cosecha, sembrada el 24 de septiembre de 2024, tuvo su fecha de corte en abril. Aunque se comercializó el 75% durante Cuaresma, quedó un remanente del 25%. Gracias a gestiones con el director de Desarrollo Social, Pesca y Acuicultura, Eduardo Vela Magaña, y el encargado de los acuicultores, Omel García Valencia, se realizó una venta directa en la ciudad, logrando colocar entre 650 y 700 kilos en apenas una hora y cuarenta minutos.
La producción de “La Lupita” abastece tanto el mercado local como clientes en Tabasco y Jalisco. En 2024, lograron vender 14 mil 780 kilos, y para 2025 proyectan alcanzar entre 22 y 25 toneladas. Debido a que aún falta colocar parte de la primera cosecha, los productores analizan regresar la próxima semana a la Isla para ofrecer más producto, antes de la siguiente cosecha prevista para finales de mayo.
Enormes desafíos

Sin embargo, los retos no son menores. Las temperaturas han alcanzado hasta 40°C, cuando el rango ideal para el desarrollo de la mojarra es de 28°C.
Esta situación obliga a que los equipos de oxigenación trabajen hasta 20 horas diarias, elevando el consumo eléctrico. En marzo, una falla de oxígeno provocó la muerte de cerca de mil mojarras, con una pérdida económica estimada entre 40 y 50 mil pesos.
La granja cuenta con tres empleados fijos, pero en época de cosecha emplea hasta diez personas para el proceso de sacrificio y limpieza del producto. Este procedimiento incluye un choque térmico con agua fría para garantizar la frescura del pescado.
Actualmente, en la Península de Atasta, hay 53 productores registrados, muchos de los cuales enfrentan dificultades debido a la falta de equipo o acceso a energía eléctrica. A pesar de los desafíos, Martín afirma con convicción:
“Seguimos en la lucha, y mientras Dios nos tenga aquí, vamos a seguir echándole ganas”.
JGH