Tremendo zafarrancho se armó en el estacionamiento del hospital integral IMSS Bienestar de Calkiní entre los trabajadores despedidos y el supervisor, a quien retuvieron su vehículo y no dejaban que se retirara hasta que pagara el finiquito a los trabajadores despedidos, por lo que tuvo que intervenir Seguridad Pública para su liberación. El supervisor pertenece a la empresa "Grupo de Seguridad Privada PRYSE de México S.A. de C.V.", que llegó al hospital a contratar a las personas para laborar en esta área de trabajo.
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Los hechos iniciaron a eso de las 12 del mediodía, cuando los más de 34 guardias de seguridad se presentaron para laborar, sin embargo, fueron seleccionados a modo 23 de ellos, a quienes el supervisor de la empresa, conocido como Manuel Carrillo, los llamó en las afueras del hospital para decirles que ya no tenían trabajo y que se podían retirar, sin mencionar si les darían alguna liquidación, debido a que la empresa los despidió sin que se cumpliera el tiempo del contrato, que vencería este 31 de diciembre, pero no se cumplió. Por lo tanto, los trabajadores no se retiraron y se mantuvieron en el estacionamiento en espera de que el supervisor les pagara su finiquito.
Al filo de las 14 horas, el supervisor intentó retirarse del hospital, sin embargo, los inconformes colocaron enormes pedazos de concreto a los neumáticos del vehículo, en espera de la llegada del Nissan Versa color gris con placas de circulación DGD-471-A, propiedad del supervisor de seguridad privada, quien tuvo que solicitar la fuerza pública para que lo auxiliaran, ya que lo tenían retenido por los despedidos, quienes exigían su liquidación.
Al lugar de los hechos llegaron dos unidades de la Policía Municipal, quienes tomaron conocimiento de los hechos y dialogaron con los ex trabajadores de seguridad privada, a quienes les recomendaron acudir a la Fiscalía a interponer su demanda colectiva, debido a que fueron despedidos bajo el argumento de que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) no había pagado a la empresa de seguridad privada PRYSE de México, por lo que se vieron obligados a despedir a 23 trabajadores, que iniciaron sus labores el pasado 25 de julio y cuyos contratos finalizarían el 31 de diciembre, sin embargo, no se cumplió. Es por ello que retuvieron al supervisor, quien dijo que él no era jefe de nadie, aunque fue quien llegó a dar la mala noticia de los despidos.
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Tras la llegada de las unidades de Seguridad Pública, el supervisor de la empresa, al tratar de liberar la unidad y lanzar el pedazo de concreto, alzó demasiado la mano y alcanzó a uno de los ex trabajadores despedidos, por lo que todos reaccionaron y tendieron a golpes y patadas al supervisor, quien dijo que al que le deben de cobrar es al dueño de la empresa, de nombre Guillermo Delgado. Los elementos intervinieron y separaron a los involucrados, por lo que el supervisor dijo que interpondría una denuncia por la agresión, y de la misma forma, los despedidos dijeron que actuarían de la misma forma.
JGH
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