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Cultura

Gallego, de Miguel Barnet

Joaquín Tamayo

Aunque de corte realista, la novela testimonial implica siempre un ejercicio de la imaginación. Género híbrido, un poco a caballo entre el tejido periodístico, la reconstrucción histórica y la crónica literaria, suele sustentarse en dos herramientas medulares para su composición; por un lado, la aplicación rigurosa del método de la entrevista, y en segunda instancia, la estructura narrativa con todo su potencial expositivo.

Un sector de la crítica especializada aún discute en torno a su linaje: ¿novela testimonial o reportaje novelado? Qué más da, señalan otros cuando la producción de piezas de esta índole enriquecen la oferta de obras con verdaderas apuestas más centradas en la reconstrucción de una vida, de una época y de una conciencia social, y no tanto en aspectos más vinculados a un tono intimista.

Juan Pérez Jolote (biografía de un tzotzil), de Ricardo Pozas, Los hijos de Sánchez, de Oscar Lewis, e incluso, La princesa del Palacio de Hierro, de Gustavo Sáinz, son ejemplos de este tipo de novela basadas en conversaciones hechas a hombres y mujeres que un día decidieron contar con pormenores del espíritu de su tiempo.

El escritor cubano Miguel Barnet es en la actualidad uno de los autores más representativos y exitosos en lengua española dentro de esta corriente, a veces poco entendida, la cual alterna la etnografía, la antropología, la narrativa y la ficción.

Desde la aparición de Biografía de un cimarrón en 1966, su nombre adquirió relevancia en el ámbito internacional por el estremecedor relato que en esas páginas hizo Esteban Montejo en primera persona, un afrocubano de 108 años. Montejo había nacido durante la esclavitud de Cuba, luego huyó a las montañas y participó en la guerra de independencia y en la batalla de Cienfuegos.

Barnet ha dicho que algunas de sus influencias en ese género fueron, sin duda, el antropólogo e indigenista mexicano Ricardo Pozas, aunque también trabajó muchos años con Oscar Lewis, a quien siempre le agradeció su acucioso método investigativo. No obstante, de Pozas dijo en alguna ocasión: “él fue mi verdadero maestro en esta técnica sociológica”.

Después de Biografía de un cimarrón, llegó La canción de Rachel, más adelante La vida real y Oficio de Angel. Pero indudablemente fue Gallego, libro que ahora nos ocupa, su confirmación como una de las voces más solventes en la línea investigativa y literaria. De hecho, la obra fue llevada al cine en 1988 por Manuel Octavio Gómez, cineasta también cubano.

Como con Esteban Montejo, Miguel Barnet entrevistó a fondo a Manuel Ruiz, inmigrante español que arribó a La Habana en busca de mejores oportunidades de trabajo; abandonó el mundo de su aldea en Galicia en 1916; a través de Gallego, el escritor cubano expone un fresco de la historia de la isla, de su isla, que va desde Machado a Fidel Castro, y también aborda los entresijos de la dictadura de Primo de Rivera hasta el régimen de Franco en España. Gallego es, por todo esto, varias novelas: la biografía de una generación de inmigrantes españoles, la monografía de una ciudad en pleno auge y de un pueblo con carencias tan profundas como sus propios mares.

En suma, Gallego completa el mural narrativo de las novelas testimoniales del propio autor, hay vasos comunicantes entre los tres libros aquí mencionados y, a su vez, puentes que se han tendido en relación con los temas que se destacan en cada una de esas obras. El discurso penetrante y sugerente de Gallego, así como los giros verbales con los cuales se rebela Manuel Ruiz, ponen de manifiesto que la búsqueda de Barnet es la radiografía de un hombre para ver con microscopio las entrañas de una sociedad. Retrata la complejidad de la sencillez.

Al respecto, Miguel Barnet ha dicho: “El término gallego era casi insultante en Cuba y en América Latina, pues señalaba la inmigración española en sus aspectos más pobres y fracasados, pero creo que en Cuba los inmigrantes se adaptaron muy bien, a pesar de ser núcleos pobres y marginados, y por eso mi libro es un homenaje a ellos y un alegato contra el drama de inmigración”.

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