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Cultura

El color de la amargura es el del corazón

Ivi May Dzib

Ficciones de un escribidor

I

1: Siempre tomé decisiones pensando en la culpa. Crecí siempre callada. Sin ánimo, decidí continuar con mi vida. Continué. Todo fue de mal en peor ¿Estábamos alejadas o nunca pensaste qué pasaba conmigo?

2: Te odiaba más a ti.

1: Pasaste desapercibida, como si le hubieras importado poco.

2: Después de ver lo que hacía contigo, pensé que…Hay que continuar, seguir caminando por la vida.

1: ¿Haciendo como que nunca pasó nada?

2: ¿Y qué fue lo que pasó?

1: Deberías detenerte a pensar en su actitud.

2: No pasó nada grave.

1: Que no te haya pasado a ti no significa que no haya pasado nada grave.

2: Sigues viva, te ves bien. No creo que haya sido para tanto.

1: Lo que pase a partir de ahora será culpa de ella.

2: No entiendo.

1: Ella permitió que se soltaran los monstruos, que nunca más volvieran a ser amarrados. Ahora a los monstruos nadie los puede domar. Eso es culpa de ella. Nadie debería de tener tanto poder, por eso ocurren cosas muy malas.

2: Ni muerta la puedes dejar en paz.

1: ¿Por qué hablas así?

2: ¿Así cómo?

1: Como si yo no importara. Está muerta y yo estoy viva. Pero la vida que llevo es por la manera en la que me trató. Tú lo viste, no puedes decir que no lo veías, a pesar de que trabajabas y llegabas tarde a la casa, sabías perfectamente lo que ocurría entre esas paredes. Era nuestra casa y por lo mismo no puedes decir que no estabas enterada.

2: Ella está muerta. Vamos a dejarla descansar.

1: A mí nunca me dio descanso. ¿Por qué tendría que dejarla descansar?

2: Estás ganando tu lugar en el cielo. Honremos su memoria.

1: Siempre fuiste así. Haces como que no pasa nada, claro, como tú nunca sufriste. Tú no supiste lo que era vivir la adolescencia junto a una mujer como esa. Porque mientras tú la vivías ella estaba vigilando mi infancia.

2: Protegiéndote. Me daba envidia toda la atención que recibías, mientras que a mí me tenían en el olvido. Nadie se preocupó por preguntarme lo que me pasaba.

1: Pero fuiste feliz, no creo que hubieras deseado intercambiar papeles.

2: No, por eso le estoy agradecida, por no haberme elegido.

1: Entonces regresamos a lo mismo. Yo no importo.

2: ¿Cómo puedes decir eso?

1: Tú lo has estado diciendo, porque para ti ella no hizo nada grave, no hizo nada como para que se le pudra el alma.

2: Deberías de tener tantito corazón.

1: Lloré tanto, tanto…deberías de ver de qué color es ahora mi corazón.

Continuará...

ivimayd@hotmail.com

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