Por Joaquín Bestard Vázquez
Ah, Cuy Manab. El tecolote agorero torpe anunció que viene con su árbol asesino. Muy malo su destino igualmente.
Ah, Lucas, el de la retozante raíz de fuego. Ya empiezan a sentirse los efectos de los calores, pero doña Diorela terminó su también comprometida ley del hielo.
Total, con tanto calor ni quien se acuerde del plan inteligente de quemas y ¿mis arañitas qué? Tengo una que ganó el concurso, no de quien teje más rápido su telaraña sino por tener la boquita de cempasúchil.
No te vuelvo a hablar ni a ver, si así te arreglas la muela y dejas en paz mi molar. Qué buena para amolar, nadie como tú, y yo voy cuando el doctor Be ponga aire acondicionado y cambie de silla por una para dormir, aunque con el ruido del barreno es difícil. Dice que no cobrará por los desperfectos que cura, sino por el aire acondicionado.
Maximito Koyoc