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Cultura

Cultura y educación: un andamio en la construcción de identidad de los pueblos*

Por Verónica García Rodríguez

I

La cultura y la educación son un binomio inseparable: la cultura produce procesos educativos y la educación repercute en la cultura de los grupos sociales. Ambas son procesos que no se limitan a espacios ni formas determinadas sino que varían según los espacios, el contexto, las migraciones.

En su conjunto, contribuyen al fortalecimiento de las identidades personales y de los grupos, y es que a pesar de que este binomio fue el eje motivador de la política educativa posrevolucionaria de México, actualmente se encuentra disociado en las políticas públicas.

Sin embargo, experiencias llevadas a cabo en la región maya de Yucatán dan muestra de que la cultura y las expresiones artísticas son herramientas que puede ser utilizadas para los procesos de aprendizaje y fomento a la lectura, con miras a la preservación del conocimiento tradicional del pueblo maya y las prácticas culturales mestizas que prevalecen el patrimonio intangible de la región.

Un primer andamiaje

Desde el principio de su existencia, el hombre ha sido generador de cultura. Las diversas formas en que se relacionaba con los factores de la naturaleza para satisfacer sus necesidades básicas que lo llevaron a la recolección, a la caza o al cultivo, así como la manera de interrelacionarse con los otros seres humanos, sus propias respuestas a los fenómenos naturales, su manera de explicarse el mundo, iban conformando eso que hoy llamamos cultura.

La diversidad de características de los espacios naturales que ocuparon los primeros grupos humanos fue marcando sus necesidades específicas y sus estrategias para resolver los problemas, teniendo que aprender a utilizar los recursos a su alcance.

Con el tiempo, las diferencias se construían y se acentuaban cada vez más, conformando lo que sería la identidad de cada grupo social. Por ejemplo, aunque las dudas en torno a la naturaleza y a la vida fueron similares para todos, las respuestas que se construyeron son tantas como estrellas en el firmamento. Esto podemos observarlo claramente en las génesis existentes, que a pesar de ser tan variadas, todas responden a la misma pregunta: ¿De dónde venimos?

La necesidad de sobrevivencia y, más adelante, la evolución hacia sociedades cada vez más complejas, generó también la necesidad de transmitir a los más jóvenes el conocimiento adquirido, desde la religión y los saberes básicos hasta prácticas de combate o expresiones artísticas, sin tener conciencia de que estaban generando procesos de aprendizaje, los cuales formaron parte después de la organización y estructura de poder de cada grupo social.

La danza, la música, la pintura, la lengua oral o escrita, que son parte de la cultura de un pueblo, requieren de cierta técnica o conocimiento para que se ejecuten y preexistan, por lo que todas estas expresiones culturales se vuelven, en ciertos momentos y circunstancias, objetos de aprendizaje.

La cultura es una forma de nombrar al conjunto de creencias y costumbres de un grupo social a partir del comportamiento de los individuos de un grupo. Cada individuo tiene su patrón de pensamiento y conducta que constituyen, de algún modo, su cultura personal, la cual comparte ciertos rasgos con la de otros miembros del grupo.

Para Spradley & McCurdy, la cultura es el conocimiento adquirido que las personas utilizan para interpretar su experiencia y generar comportamientos. Para Collingwood, por su parte, es todo lo que una persona necesita saber para actuar adecuadamente dentro de un grupo social.

Nos detendremos también en el concepto de sociedad, que, aunque es diferente de la cultura, está profundamente ligado con ésta. Cultura se refiere a los comportamientos específicos e ideas que surgen de estos comportamientos, y Sociedad sería el grupo que posee una cultura.

Clifford Geertz al caso refiere: La cultura es la trama de significados en función de la cual los seres humanos interpretan su existencia y experiencia, así mismo como conducen sus acciones; la estructura social es la forma que asume la acción, la red de relaciones sociales realmente existentes. La cultura y la estructura social no son, entonces, sino diferentes abstracciones de los mismos fenómenos.

Por otra parte, la educación, que también está fuertemente relacionada a la cultura, ha tenido múltiples definiciones a lo largo de la historia; entre las primeras se encuentra la de Platón, que se refiere a la educación como el proceso de socialización de los individuos. Emile Durkhem la define como la acción ejercida por las generaciones adultas sobre aquellas que no han alcanzado todavía el grado de madurez para la vida social.

Según Kant, el propósito de la educación es el de desarrollar todas las facultades humanas; así como para Marx, la educación es el proceso por el cual el ser social va formando su mente como individuo, a través de la interiorización del sistema cultural. Y a partir de aquí vamos observando las coincidencias en las concepciones de los autores de referencia.

Así, podemos decir que educación es el proceso de asimilación y transmisión de las costumbres, normas e ideas, mediante el cual cada sociedad incorpora todos aquellos elementos que se integran en ella para conformar su cultura.

Entonces, ¿será la educación un factor determinante en la cultura? ¿La cultura como tal es producto de procesos educativos? ¿La educación y la cultura pueden contribuir al fortalecimiento de la identidad de los pueblos? ¿Es posible que culturas antiguas tengan cabida en las sociedades contemporáneas? ¿La educación será suficiente para garantizar la vigencia de las prácticas culturales de los pueblos sin que éstas se conviertan en sólo decoración de las políticas públicas?

Si bien no encontraremos respuestas definitivas a estas cuestiones, nos permitirán una serie de reflexiones que den cuenta de cómo este binomio: Educación y cultura, se relaciona entre sí e interviene en los procesos de identidad de los pueblos, sobre todo de aquellos, como Yucatán, en donde preexisten culturas indígenas conviviendo con diversos mestizajes y migraciones en medio de la vorágine de la tecnología y la globalización de la información, que parece pretender estandarizar las diversidades humanas.

Continuará

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*Conferencia presentada en el VIII Coloquio Internacional “La influencia de la Filosofía y las Ciencias Sociales en el Patrimonio Inmaterial de los Países del Mediterráneo Americano, en la Habana, Cuba.

veronicagarcia.rdz@gmail.com

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