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Cultura

Viengsay Valdés tras los pasos de Alicia Alonso

Pedro de la Hoz

Lo que más se comenta por estos días en el ambiente danzario es el nombramiento de Viengsay Valdés como subdirectora artística del Ballet Nacional de Cuba. Filtrada la noticia luego de la reunión del consejo de dirección de la compañía el último fin de semana, el pasado martes fue oficialmente presentada la primera bailarina ante el colectivo con su nueva investidura.

No era un secreto para nadie la necesidad de reforzar esa área dada la precaria condición de salud de la fundadora y directora del BNC, Alicia Alonso. Leyenda viva de la danza clásica en el mundo, a los 98 años de edad Alicia no asistió a la más reciente edición en octubre y noviembre de 2018 del Festival Internacional de Ballet de La Habana que lleva su nombre, aunque desde su hogar siguió su desarrollo y antes aún aportó ideas y sugerencias durante la recta final de la etapa organizativa.

A pocas horas de la inauguración del Festival, tuvo a su cargo la cancelación de una emisión postal alusiva al evento y el 2 de diciembre participó en la conmemoración del centenario de la Sociedad Pro Arte Musical de La Habana, junto al poeta Miguel Barnet y el doctor Jesús Gómez Cairo, director del Museo Nacional de la Música. En esa oportunidad destacó “la seriedad organizativa de la Sociedad, la alta calidad de sus espectáculos y el haber permitido el acceso a la escena cubana de afamadas figuras y agrupaciones artísticas de gran parte del mundo”. Su última aparición pública aconteció el primer día de 2019, cuando se le vio en el escenario de la sala García Lorca en el acto de entrega del premio anual del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso al maestro Huberal Herrera, notable intérprete de la obra pianística de Ernesto Lecuona.

Para la conducción de los destinos del BNC se requieren energía, vocación, liderazgo y compromiso. Esas cuatro cualidades se evidencian en Viengsay Valdés de modo tal que la convirtieron en candidata para ocupar un puesto de tamaña responsabilidad, que implica adoptar decisiones sobre repertorio, programación, captación y promoción de talentos y proyección internacional. De facilitar la tarea el hecho de que Alicia, con autoridad ejemplar, siga siendo la directora general del BNC y que al frente del dispositivo técnico y la administración se hallen Salvador Fernández, veterano diseñador, y Redento Morejón, con suficiente y probada capacidad gerencial. En Miami –¿dónde si no?– hubo un libelo que publicó: El reinado de Alicia Alonso llegó a su fin”. Rabieta y desconocimiento en pocas palabras.

Alicia, lo saben todos, es insustituible. A la todavía joven bailarina devenida ejecutiva del BNC le cabe seguir los pasos de Alicia y honrar su legado, aun cuando esté en condiciones de ampliar y desarrollar caminos propios.

Viengsay tampoco actuará sola; cada vez debe tener un peso mayor colectivo el Consejo Artístico, integrado por las figuras más relevantes que han pasado o se hallan todavía trabajando con la compañía.

Al tomar posesión, Viengsay manifestó: “Estoy agradecida por la confianza que han depositado en mí, siento que puedo ayudar mucho a los bailarines en su formación y desarrollo profesional, espero transmitirles seguridad e inspiración para poder compartir ese sueño común de una compañía unida y fuerte”.

Sobre Alicia expresó: “Tengo las mejores relaciones, marcadas sobre todo por el respeto y la admiración. Siempre me dio grandes consejos profesionales en mi carrera y fue un ídolo a seguir. Mi última actuación en La Habana constituyó precisamente un homenaje a la maestra”.

Acerca de su misión, precisó: “Valoro mucho conservar y defender el legado histórico de nuestra compañía para que siga siendo reconocida a nivel internacional. Debemos estrechar aún más los vínculos con la Escuela Nacional de Ballet Fernando Alonso, para contribuir a consolidar la identidad del bailarín cubano”.

A los 42 años de edad, Viengsay clasifica como una estrella de alcance mundial en la danza clásica. Se graduó con máximos honores en la Escuela Nacional de Arte, y pasó a formar parte del elenco del BNC en 1994. Fue promovida a bailarina principal en 1996 y al rango de primera bailarina en 2001.

Hace dos años, luego de una temporada de Don Quijote en París, el crítico Loic Le Duc escribió en la revista Dance Magazine: “La más internacional de las primeras bailarinas cubanas, Viengsay Valdés, lejos de los cánones establecidos en los escenarios de buena parte del mundo, impone equilibrios con los que ninguna bailarina puede rivalizar y ejecuta sus fouettés con una soltura desconcertante”.

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