Pedro de la Hoz
Inclasificable, ecléctico y seductor, cada vez que toma un violín en sus manos Ara Malikian reserva al público una sorpresa. ¿Clásico o posmoderno? ¿Disciplinado o irreverente? ¿Hijo del mercado o de su tiempo? Hace apenas unas horas pisó por primera vez el escenario de la Royal Albert Hall, de Londres, institución que no acoge a cualquiera.
Para los puristas de cualquier bando el enigma Malikian plantea interrogantes contrapuestas. ¿Cómo es posible que un artista capaz de interpretar al pie de la letra magistralmente los veinticuatro caprichos de Niccolo Paganini se dedique luego a versionarlos en clave humorística? ¿Qué hace un individuo que obtuvo en España uno de los Premios de la Música 2007 con la grabación del Poema Concertante, de Xavier Montsalvatge, poniéndole cuerdas al más desenfrenado rock metalero de la banda ibérica Extremoduro? ¿Cómo casar su gusto por el flamenco con la respuesta a colaborar con un rapero de la nueva ola?
El suyo es un currículo impresionante: actuaciones en Nueva York (Carnegie Hall), París (Salle Pleyel), Viena (Musikverein), Toronto (Ford Center), Madrid (Auditorio Nacional y Teatro Real), Zurich (Tonhalle), y Londres (Barbican Centre). Primeros premios en los concursos internacionales Felix Mendelssohn (1987, Berlín, Alemania) y Pablo Sarasate (1995, Pamplona, España), más otros galardones en los certámenes Paganini (Génova, Italia), Francescatti (Marsella, Francia), Lipizer (Gorizia, Italia), Juventudes Musicales (Belgrado, Yugoslavia), Rameau (Le Mans, Francia), el Internacional Artist Guild (Nueva York, EE.UU.), y la Internacional Music Competition of Japan (Tokio).
En su biografía suele destacar el estreno del concierto Músicas cíngaras (2009) con melodías de los diferentes países musicalmente influenciados por el viaje que los gitanos realizaron desde India hasta España, así como sus colaboraciones Con el guitarrista flamenco José Luis Montón, la cantante libanesa Fairud, los bailarines Joaquín Cortés y Belén Maya y el pianista de jazz Horacio Icasto.
Hay que bucear en el origen y la formación de Malikian. Digo formación y no solo me refiero a la académica –becas de estudios superiores en conservatorios de Hannover y Londres–, sino a algo que le viene del medio donde creció.
Malikian es un armenio nacido en Líbano que vive en España. Durante su niñez, con el violín facilitado por su padre, tuvo que estudiar muchas veces en el interior de un refugio contra las bombas que caían en Beirut. O en el garaje de su casa. En el garaje donde en tiempos modernos se han cocido músicas y estilos urbanos y hasta nació una nueva etiqueta, el Garage House. La actual gira mundial de Malikian fue bautizada justamente como Royal Garage World Tour.
México se halla en el itinerario inmediato de este periplo, los días 30 (Auditorio Nacional) y 31 de mayo (Conjunto de Artes Escénicas, de Guadalajara). Antes, el día 25, estará en Liubliana, capital de Eslovenia.
El violinista viaja con un programa a base de piezas de Bach y Chakovski, pero también de versiones de Jimmi Hendrix, Led Zeppelin y Guns N’Roses.
Al reflexionar sobre su trabajo, Malikian explica: “Me gustaría que hubiese cierta reconciliación de un público con la música clásica, porque piensan que no la van a entender, y, sin embargo, cuando toco a Mozart o Vivaldi, se emocionan. Y también pasa al revés, cuando alguien escucha a Hendrix. Prefiero los artistas que arriesgan, que se equivocan y que luego vuelven a acertar. En el mundo de la música clásica se está perdiendo esa sensación de bohemio; todo es más estricto, uniforme. Hacer música en ese mundo no me parece muy inspirador. Que te digan que Bach no se toca así, es un encasillamiento que no entiendes por qué sucede, si ha durado más de 300 años y tantos músicos han tocado su música”.