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Cultura

Un lector de Cansahcab y una librería de Mérida

Por Edgar A. Santiago Pacheco

En la pasada Feria de la Lectura de Yucatán (FILEY 2019), cuando estaba escudriñando los montones -literal- de libros de un grupo de libreros de ocasión de Guadalajara, por cierto, agrupados en un Centro Cultural llamado CASA FLUYA, visualice una llamativa y colorida cubierta con un indígena sosteniendo sus armas, rodeado de frutas y plantas americanas, la cual correspondía a un texto de apenas 60 páginas, al ojearlo reparé en el título y año: Geografía pintoresca, viajes alrededor del mundo: América. El doctor Baltasar, 1887, el autor era Julián Bastinos, y la responsabilidad editorial recaía como era común por esos años en él y su hermano, bajo el sello Librería de Juan y Antonio Bastinos, editores, asentados en la calle de Pelayo de Barcelona.

Hasta ese momento, era un texto curioso por su presentación y composición, pues presumía de presentar 43 grabados y abarcar desde Alaska hasta la Patagonia. La forma en que está escrito, es sumamente novedosa, pues hay una doble narración, un doctor radicado en Valparaíso, Chile, erudito e interesado en la cosas de América, dueño de una vasta y actualizada biblioteca, escribe un manuscrito sobre la geografía y datos importantes de los principales países de América, queriendo editar sus notas le pide a un sobrino llegado de Barcelona interesado en ese tema, se ocupe en darle orden y dictarle a una de sus hijas. Así, en el relato se lee interesante información de diversos países, investigada por el doctor, acompañada de los comentarios y opiniones de la familia y la amanuense que cada tarde se reúne para la transcripción de las notas, tejiéndose a la vez una historia de amor entre el sobrino y la hija. Incluso un terremoto que afecta a Chile durante la redacción del texto es recreado con tino.

Pero al revisarlo con mayor detalle, nos encontramos con que México recibe especial atención y Yucatán aparece mencionado en sus breves páginas, incluso en la página treinta, en la ilustración de los tipos de vestimenta mexicanos, se representa la vestimenta femenina de Yucatán. Citándose Mérida como una ciudad muy importante.

El libro es sumamente interesante, tiene pequeños detalles que exhiben la importancia de ciertas practicas a lo largo de América, aderezado con notas históricas del momento en que fue escrito y editado, retomamos como ejemplo la mención a Estados Unidos que denota una admiración por su riquezas naturales y crecimiento económico, refiriéndose al pueblo Yankée, cuyo significado define como taciturno en lengua iroquesa, y en torno de burla son llamados coloquialmente Jonathan, pues a los ingleses se les llamaba John Bull. Un par de ejemplos más tienen que ver con Cuba y Panamá, entre la amplia descripción que se hace de la bella isla, se habla de la infestación de sus aguas por tiburones, ante los cuales “los negros tienen la increíble osadía de atacarlos dentro del agua; pasan por debajo del monstruo y procuran clavarle su cuchillo en el corazón”. En la escueta mención de Panamá, se escribe que pronto el continente americano se convertirá en dos, cuando “se verifique la cortadura del istmo de Panamá”. Detalles como éstos son numerosos en el libro.

Pero el motivo de la presente nota, tiene que ver con dos singulares sellos que acompañan el librillo en cuestión, el primero tiene una especie de aguililla que sostiene en el pico una cinta con el texto “Crescencio Acereto, Cansahcab, Yucatán” entendemos dueño del libro y suponemos lector de mismo en el siglo XIX. Y el segundo que dice a la letra “Librería Meridana de Eraclio G. Cantón. Fundada en 1852. Mérida de Yucatán”. Incluso, como referencia tenemos el comentario del librero de la FILEY que señaló que el texto se lo había dejado un amigo yucateco del interior para su venta. Consideramos que el histórico lector es Crescencio Acereto Pérez, reconocido personaje, nacido el 5 de febrero de 1855 y fallecido el 27 de julio de 1917 a la edad de 62 años, casado con Carolina Lizama, segundo de seis hermanos, esto según datos de gw.gencanet.org.

Es interesante la posibilidad de asociar a un lector del interior del Estado, poseedor de una posible biblioteca, con una librería de gran trayectoria como lo es la Librería Meridana de los hermanos Cantón, ubicada en la calle de la Mejorada No. 5 hoy, calle 59. Pues muestra parte del oscuro camino de un libro que ilustró y posiblemente recreo imágenes de lejanas tierras a un yucateco de finales del siglo XIX, moldeando su pensamiento sobre otras culturas. Esta no deja de ser una tarea detectivesca, en este caso la suerte o el cuidado de varias generaciones han permitido tenerlo en nuestras manos ciento treinta y dos años después de su edición. Múltiples lecturas se pueden hacer de este objeto cultural, desde la perspectiva de sus editores, su circulación, su contenido, su composición gráfica, sus lectores, sus vendedores, etcétera. La presente no es más que un general acercamiento a tan interesante libro.

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