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Ivi May Dzib

Apuntes de un escribidor

Entre los viajes en el transporte público uno se puede encontrar muchas cosas, pero es nuevamente la actitud de los choferes los que terminan dejando mucho qué desear; de qué sirve que la tarifa haya bajado 50 centavos si la preparación y sensibilización de los conductores hacia las personas es deplorable. Al viajar en transporte público se expone la vida, sobre todo porque por el afán de ganar dinero y cubrir con la cuota se ha descuidado las medidas de seguridad, llegando a ser estas mínimas, pero sobre todo los descuidos son los que terminan provocando accidentes. Basta ver las noticias que se publican todos los días en el periódico sobre cuántos accidentes hay en la ciudad en donde se encuentran involucrados choferes del transporte público, para tener una idea de lo grave que es la situación en el Estado.

Hace una semana viajaba en la ruta Circuito Colonias rojo, un estudiante de secundaria pidió su bajada en el paradero que se ubica en el Sam’s Club, esa parada termina siendo conflictiva para algunos choferes, ya que algunos no se quieren detener puesto que luego tiene que tomar el carril que lleva a Avenida Aviación, por lo mismo dan la parada lejos del paradero, casi en medio de la calle. El caso es que el jovencito no logró a bajar del todo cuando el chofer ya había cerrado la puerta, pero su mochila quedó atorada con la misma, de ahí que el estudiante no se podía bajar o subir otra vez al camión, por lo que quedó pendiendo. Hay que destacar que el chofer del autobús no tuvo la decencia de ver a través del espejo retrovisor si el chico se había bajado. Fue gracias a que los usuarios se percataron de que el muchacho pendía del camión que le gritaron al conductor para que abriera la puerta, fue entonces que el muchacho pudo liberarse y bajar del transporte público, sino hubiera sido arrastrado por toda la avenida con la seguridad de ser atropellado por algún coche. Ninguna disculpa, ningún remordimiento, ninguna muestra que nos indicara que el conductor se sintiera culpable por estar a punto de haber matado a alguien, eso sí, una molestia por la pérdida de tiempo que llevó abrir de nuevo la puerta.

Unos días después, al mediodía, a esa hora donde los estudiantes están en espera de los camiones para llegar a casa sucedió otro hecho que nos hace ver la insensibilidad de los conductores, misma ruta, autobús número A03, el conductor cada vez que hacía una parada le pedía a los usuarios que si eran estudiantes no se subieran, ya que no contaban con boletos de niños, era claro que ese era un pretexto porque simplemente no quería que los estudiantes se subieran a la unidad que manejaba. De nada sirve bajar la cuota que se cobra en esas unidades, si los choferes sabiendo que es poco lo que les genera de ganancia prefieren no subir a estudiantes y gente de la tercera edad a las unidades. Toda la ruta, desde Kukulcán hasta Aeropuerto, el chofer impidió que estudiantes subieran, hubo una que subió y le obligó a pagar los 7.50 de adulto.

El problema es que no importa cuánto te quejes, no hay quién verifique los abusos a los usuarios en el transporte público, por lo que entre que dejan la puerta abierta, arranquen antes de que te bajes o se detengan a la mitad de la calle para que te bajes, solo porque pierden tiempo orillándose por tu seguridad, hay la posibilidad de que la negligencia de los choferes termine en un daño irreparable.

ivimayd@hotmail.com

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