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Cultura

'Casquito”

En la Muestra Regional de Artes escénicas Sur “Uno en la escena, se presentó “Casquito”, de Joan Alexis Robles, del Estado de Chiapas, denominado como unipersonal para referirse a un monólogo.

Recuerdo cuando en la década de los 90 del siglo pasado, comenzaron a invadir los unipersonales, espectáculos que tenían más que ver con el performance que con el monólogo teatral. Esta propuesta comenzó a girar y a ser aceptada por el público, y fueron los actores que ansiaban hacer performance quienes se lo fueron apropiando y transformando hasta dejarlo como lo conocemos hoy en día: un monólogo.

El trabajo de Joan Alexis tuvo como génesis, labor de este joven actor que en 2007 se dio a conocer como dramaturgo, cuando comenzó a dirigir sus propios espectáculos. Esta obra fue diseñada para trabajarla en el Ejido Cabeza de Toro, Tonalá, Chiapas.

El tema, según el autor, era diferente y el espectáculo estaba diseñado para trabajarlo con adultos y niños del ejido. Problemas de sequía ocasionaron que los niños tuvieran que trabajar y los adultos salieran de su lugar, para encontrar trabajo.

Eso lo obligó a transformar el texto y volverlo un monólogo actuado y dirigido por él.

El trabajo ha recorrido varios estados de la república y ha sido seleccionado para publicarse en la revista “Tramoya”, fundada por el Mtro. Emilio Carballido (+).

La historia narra la vida y hazañas de un niño apodado Casquito, que en mucho se parece a aquel personaje inolvidable de la canción del mismo nombre: “Pancho López”.

Una historia con mucho de realismo mágico y con un lenguaje propio de la región, que tanto se emparenta con Centroamérica y sus giros verbales.

Poética en muchos momentos, hilarante por la picaresca de cuento infantil, Casquito, sin embargo, no tiene un final muy feliz, aunque como todo héroe, se vuelve leyenda y después casi semidiós mítico.

De esto nos enteramos por el amigo íntimo del personaje, que es el heraldo para hacernos entender qué fue lo que realmente pasó en Cabeza de Toro.

El actor da vida a un narrador, al padre, la madre, a la niña M, a Casquito y a su amigo más cercano.

Esta historia nos muestra una manera de ser muy costera, tanto en el lenguaje lleno de improperios y la sexualidad a flor de piel que rige la vida y la muerte de los habitantes de la costa. Pero no sólo eso nos cuenta, sino también nos habla de la prostitución realizada por las madres y transmitida y en ocasiones obligada, a las hijas desde pequeñas, al abuso infantil, a la pederastia, el alcoholismo, el narco y sus tentáculos que atrapan a los pescadores cuya ganancia muchas veces se la lleva el intermediario y las congeladoras. La ignorancia y el analfabetismo y, por subsecuente, la desinformación.

Todo esto nos narra el actor Joan Alexis, con excelente voz y dicción, con un buen manejo de cuerpo, esto se nota en su forma de caminar, de asentar el pie para dar la sensación que se camina en la arena y en la tierra cercana a la costa y los manglares.

Agradeceríamos que en el programa de mano haya un glosario, gozaríamos más todavía el texto, sucede lo mismo con los giros lingüísticos del norte del país.

Podría decir muchas más cosas del trabajo y sus contenidos, de sus símbolos y lecturas, de sus guiños, pero esto sería realizar un ensayo de varias páginas.

Me dio gusto conocer en persona a uno de los jóvenes que, en 2007, compilé para una publicación del Fondo Editorial “Tierra Adentro: Nuevos Dramaturgos de Veracruz”.

Un buen trabajo realizado con honradez y honestidad humana y actoral.

Realmente, qué buenos actores salen de la Universidad Veracruzana.

Un aplauso a Joan Alexis por su mágico y bien estructurado trabajo que, como él nos dijo, al público asistente, sigue en constante movimiento.

Lástima que siga sucediendo lo mismo de siempre: escaso público. Es urgente la necesidad de más difusión de los espectáculos que presenta la Sedeculta de Yucatán, para que la gente acuda y llene los espacios teatrales.

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