Polvo de EstrellasGabriel Zapata Bello
La música es un arte que desde la antigüedad griega estaba presente tanto en las celebraciones y rituales como en los Juegos Píticos (en honor a Apolo) y en los Olímpicos (en honor a Zeus). En el imperio romano, la música era fundamental para marcar las fases de los duelos, combates y carreras que se desarrollaban durante días enteros tanto en el Coliseo de Roma como en los circos de las distintas provincias romanas. Las armonías y orquestaciones durante una función deportiva propiciaban una fácil conexión entre el vigor del espectáculo y la exaltación de las emociones de los aficionados.
En los albores del deporte yucateco la música de orquestas y bandas contribuía también al esplendor de los juegos. Se recuerda, por ejemplo, que en la primera función de box en Yucatán, celebrada en el “embudo de Santiago”—el Circo Teatro Yucateco— el 19 de febrero de 1904, el programa incluyó, como números inicial e intermedio de los dos combates realizados, las sinfonías de una orquesta que amenizó dicha función.1
Ni que decir de la asociación directa entre las corridas de toros de la Plaza Mérida y de los “tablados” de las fiestas taurinas municipales con las orquestaciones y los pasodobles que inician los paseíllos, así como con los toques de llamado a los matadores y bureles, los cuales forman una parte importante de la tauromaquia. En el béisbol yucateco de antaño que se jugaba lo mismo en el Estadio Salvador Alvarado que en el Parque Carta Clara eran infaltables las charangas que en los intermedios de las nueve entradas ejecutaban alegres y bulliciosas melodías que reflejaban nuestra identidad cultural.
La figura pintoresca más representativa de la música popular durante siete décadas del deporte yucateco en el siglo XX lo fue sin duda el maestro Marcos Cool Novelo, “Colitos”, un músico originario de Hunucmá que formó parte durante más de 50 años de la Banda de Música del Estado, fundador también del Sindicato de Filarmónicos de Yucatán2 y que posteriormente creó con sus hijos y otros músicos su propia banda integrada por 7 elementos bajo su dirección. “Colitos” animaba las corridas de toros, las funciones de box, los juegos de béisbol y los encuentros de softbol en los principales escenarios deportivos de nuestro medio.
Era inconfundible así como infaltable la silueta de “Colitos” y su banda en los espectáculos deportivos; sin importar que las gradas del Carta Clara o de la Plaza Mérida estuvieran saturadas, la afición abría gustosa un espacio en el lunario para que la charanga del viejito del trombón se ubicara e inundara de alegría el espectáculo. Entre innings, rounds o en cada arrastre de bureles, “Colitos” ejecutaba sus pasodobles y angaripolas hasta llegar el momento esperado por la afición en el cual el hunucmaense tocaba “La Macarena” y ejecutaba un solo de trombón con el cual sorprendía a propios y extraños al escuchar a un músico de avanzada edad soplar el instrumento con la fuerza de un huracán, y que al momento de rematar la pieza la afición le prodigaba nutridos y calurosos aplausos.
En tiempos recientes, los organizadores de los grandes eventos deportivos locales han sustituido las charangas y las bandas de música popular yucateca por pistas de música grabada de reggaeton o de música norteña, lo cual, si bien equipara el ambiente del graderío con el de otros estadios de la República, han borrado un elemento de identidad cultural de nuestros parques y espectáculos deportivos, pero que afortunadamente aún se preserva en los municipios y comunidades menos pobladas de nuestra entidad.
1 Deportes, La primera función de box en Mérida, Yuc, 4 de sept. de 1947, p. 3.2 Novedades de Yucatán, Una plática con Marcos Cool Novelo “Colitos”, 10 de julio de 1976, p. 2.