
En 1974, los astrónomos enviaron una llamada al cosmos desde un enorme telescopio en Puerto Rico. Medio siglo después, conoce qué sucedió tras esta comunicación interestelar ideada por Frank Drake.
El mensaje en una botella cósmica
Hace medio siglo, los seres humanos enviaron una serie de unos y ceros desde nuestro planeta a un grupo de estrellas lejanas, como un mensaje en una botella lanzado al océano cósmico. El código marcó la primera transmisión interestelar intencionada de la humanidad, una llamada de larga distancia destinada a una audiencia extraterrestre.
Utilizando un enorme radiotelescopio en el Observatorio de Arecibo, situado en las estribaciones de Puerto Rico, los astrónomos enviaron el mensaje en dirección a un enorme grupo de estrellas llamado Messier 13, a unos 25,000 años luz de la Tierra.
Origen del proyecto
Transmitido el 16 de noviembre de 1974, el llamado Mensaje de Arecibo fue una idea original de Frank Drake, un legendario astrónomo conocido por la ecuación que lleva su nombre, la ecuación de Drake, que estimaba la probabilidad de vida fuera de la Tierra, con la colaboración del famoso divulgador científico Carl Sagan.
"Fue el primer mensaje enviado al espacio, y se transmitió desde el instrumento más potente de la época", detalla Abel Méndez, astrobiólogo planetario y director del Laboratorio de Habitabilidad Planetaria de la Universidad de Puerto Rico en Arecibo.
Para Méndez y otros, el legado de la transmisión sigue vivo mientras tratan de determinar dónde se encuentra el mensaje hoy en día y diseñan nuevas comunicaciones interestelares.
El observatorio más poderoso
Tras tres años de construcción, el Observatorio de Arecibo abrió sus puertas en 1963. Durante décadas, fue el radiotelescopio más sensible del mundo. La gigantesca antena parabólica, construida en un sumidero natural e incluía una plataforma de acero de 900 toneladas suspendida sobre ella, destacaba claramente entre las verdes montañas puertorriqueñas.
En 1974, los nuevos equipos instalados hicieron que el radiotelescopio fuera capaz de transmitir señales con una potencia veinte veces superior a la de todas las centrales eléctricas de la Tierra en ese momento.
El Mensaje de Arecibo tenía en gran medida un propósito simbólico: celebrar la nueva capacidad del telescopio para observar el espacio más lejos que nunca.
Contenido del mensaje
Para elaborar la transmisión, Drake contó con la ayuda de estudiantes de posgrado de la Universidad de Cornell. "Drake comenzó a crear el mensaje", dice Richard Isaacman, entonces estudiante de posgrado de Cornell y ahora consultor de contratistas de la NASA.
El proyecto anunciaría la existencia de la humanidad en el cosmos. Por eso, Drake utilizó un formato binario, el código informático más básico, para transmitir algunos aspectos esenciales de la Tierra:
- Nuestro sistema de conteo de números
- La estructura de doble hélice del ADN
- Ubicación en el Sistema Solar
- Dibujos sencillos de una figura humana
- Representación del observatorio que envió el mensaje
Isaacman sugirió destacar el tercer planeta desde el Sol entre los demás mundos del Sistema Solar para indicar a cualquier posible amigo extraterrestre por correspondencia que era el habitado.
El mensaje final se transmitió durante unos tres minutos a una frecuencia de 2380 megahercios y contenía 1679 bits de datos dispuestos en una cuadrícula de 73 filas por 23 columnas.
Las probabilidades de obtener una respuesta eran mínimas, pero el impacto de la transmisión en los astrónomos fue enorme. "Este intento nos ha abierto mucho la mente a las posibilidades" de la comunicación interestelar, asegura Méndez.
Planteó preguntas como: "¿Pueden otras formas de vida entendernos? Si nosotros somos capaces de buscar señales, ¿otras civilizaciones están haciendo lo mismo?".
Después de aquel fatídico día de noviembre en las exuberantes montañas de Arecibo, Puerto Rico, el comunicado cósmico nunca se repitió. Dada la distancia del cúmulo, se puede esperar una respuesta en unos 50,000 años.
Después de que Arecibo transmitiera el mensaje, los científicos expresaron su preocupación por el hecho de que se hubiera enviado al espacio profundo sin una amplia consulta previa.
"Si hoy se intentara crear un mensaje de este tipo, sin duda se adoptaría un enfoque intelectual mucho más inclusivo", señala Isaacman. "Básicamente, el 90% de ese mensaje fue creado por un hombre blanco de 44 años que trabajaba por su cuenta: Frank Drake".
Otros advirtieron contra la idea de gritar activamente hacia el cosmos, sugiriendo que podríamos suponer un riesgo para la humanidad al atraer la atención de alienígenas poco amistosos.
Grupos como el Instituto SETI han propuesto desde entonces protocolos internacionales para transmitir este tipo de mensajes. "Antes de enviar cualquier mensaje, debe celebrarse un debate científico, político y humanitario a escala mundial", dijo un grupo de científicos influyentes en una declaración de 2015.
El último mensaje de Arecibo (que nunca se envió)
En las cinco décadas transcurridas desde que Arecibo envió por primera vez el mensaje al espacio, nuestra comprensión de cómo encontrar vida más allá de la Tierra ha cambiado enormemente.
Los astrónomos descubrieron el primer planeta más allá de nuestro Sistema Solar en 1992 y, desde entonces, han encontrado más de 5000 exoplanetas.
En 2018, los investigadores del Observatorio de Arecibo lanzaron un concurso para redactar un mensaje actualizado. Un equipo de estudiantes universitarios de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez ganó el concurso.
Para ampliar la comunicación anterior, el equipo incluyó:
- Mapa de la ubicación de la Tierra dentro de la Vía Láctea
- Objetos cósmicos interesantes del Sistema Solar
- Constantes físicas como la constante de Planck
- Información mínima sobre seres humanos
Lizmarie Mateo Roubert eligió el destino del mensaje: la estrella de Teegarden, situada a solo 12.5 años luz de nuestro Sol. Si los extraterrestres descodificaran el mensaje y respondieran rápidamente, solo tendríamos que esperar 25 años para recibir su respuesta.
El colapso de Arecibo
El último mensaje de Arecibo no se transmitirá en un futuro previsible.
El Observatorio de Arecibo se derrumbó en 2020 debido al deterioro y los daños causados por el huracán María, lo que detuvo los planes de transmisión. La Fundación Nacional de Ciencias consideró que el observatorio era demasiado precario para repararlo.
"Cuando se derrumbó el observatorio, se derrumbó uno de los pilares de la ciencia de Puerto Rico", considera Palencia-Torres.
Para el equipo del Último Mensaje de Arecibo, es reconfortante saber que la comunicación original sigue en camino hacia su destino, lo que demuestra que el legado cósmico del observatorio perdurará mucho después de su desaparición física.
Méndez y sus colegas estiman que "un mínimo de cuatro estrellas recibirán la señal en los primeros 500 años tras la transmisión del mensaje". Gaia DR3 1328057940089589376, una estrella situada a 395 años luz de distancia, será la primera en recibir el mensaje.
Esto significa que nuestro mensaje dirigido a formas de vida inteligentes en otras partes del cosmos tardará unos 345 años en llegar a nuestros posibles vecinos cósmicos.