José Iván Borges Castillo* “Tal ti caan Zu huy chupel u kava: una uuc pel cha chace ek”, vertido dice el Chilam Balam de Chumayel: “Allí llegará una blanca criatura del cielo la mujer virgen. Su casa son siete estrellas rojas.”1
Se ha vuelto ya una costumbre en casi todas las iglesias de Yucatán y de nuestro estado vecino de Campeche, también en algunas muy escasas de Quintana Roo, vestir las imágenes de la Virgen María con el albo traje regional del terno de mestiza yucateca. Huipil de solapa ancha, con bordados de xocbichuy o de máquina coser de pedal, con su justán, llamado pic en maya, también bordados y llenos de encajes, han vestido las imágenes de la Madre de Dios desde hace más de tres décadas.
Y es que el terno de mestiza actual es la evolución del traje de las indígenas yucatecas formado y quizás intervenido por las manos e ideales de la primera evangelización; con manos bien puestas en la materia fueron los franciscanos los que normaron la lengua maya con nuevos conceptos, y probablemente el uso de la ropa de los indígenas, los nuevos cristianos, que habían de practicar las innovadoras virtudes de castidad, pureza y entrega a la nueva religión dominante y oficial.
En su Relación de las cosas de Yucatán, el inquisidor fray Diego de Landa y Calderón asienta a propósito del vestir de las indias: “todas las demás no traían de vestimenta más que un como saco largo y ancho, abierto por ambas partes y metidas en él hasta los cuadriles donde se los apretaban con el mismo anchor y no tenían más vestimenta salvo que la manta con que siempre duermen, que, cuando iban en camino, usaban llevar cubierta, doblada o enrollada, y así andaban”.2 Leyendo detenidamente a De Landa deducimos la descripción de un huipil y del uso de una manta que paulatinamente será un rebozo de algodón y muy en el siglo xx de seda llamado comúnmente rebozo de Santa María.
En la época colonial se censuró el traje de las mestizas por la Iglesia, en especial en el segundo sínodo diocesano; dado al factor climatológico las españolas optaron por usar el traje de mestizas, huipil y justán, lo que provocó que el obispo de Yucatán Juan Gómez de Parada, en las constituciones sinodales, fechadas en agosto de 1722, expusiera bajo pena de excomunión una prohibición: “las mujeres españolas, que delante de cualquier varón, que no es su marido se muestren de propósito vestidas de sólo justán, o con traje de mestiza, aunque sean en el interior de su casa”.3
Según algunos estudios de reconocidos intelectuales en la materia, como Lillian Paz Ávila y nuestras propias investigaciones sobre el terno de mestiza, esta es la consecuencia evidente primero de la influencia europea a mediados del siglo xix, que la mestiza, grupo social en la entidad que para diferenciarse de los indios reinventó como el huipil de las indias en su traje de gala. Llenándolo de encaje inglés, rodeó su cuello de cadenas estilo salomónico, de monedas de oro y rosarios de filigrana. Anchos y con crinolinas, como prevaleció en la moda del segundo imperio y durante todo el Porfiriato, a la par aparecieron los ternos de corte recto. De solapas cortas en los inicios del siglo xx; hoy, en consecuencia de la evolución solapas largas y con flores en punta de cruz, forman parte del traje mestizo de Yucatán, de profundo arraigo en las comunidades jaraneras del interior del estado. ¡Lo único que permanece es el cambio, dicen los filósofos!
Ya formado el terno de mestiza yucateca, había que hacerlo llegar al uso más supremo que sintetizara a la vez, que se volviera en el símbolo del Pueblo, porque en ella se mira a la antigua comunidad, a la abuela mestiza, a la madre mestiza difunta, a la tía, a la vecina bondadosa, que usaron el traje de mestiza hasta morir. Para los que amantes de su comunidad cada año bajan a la fiesta de su pueblo, es la oportunidad ideal de regresar al pueblo de origen junto con tantos vecinos que han migrado para encontrarse de nuevo y fijar su identidad y fortalecerla, bailando la vaquería, y recordando el uso del traje típico, que cada vez se extingue en su uso cotidiano en la presencia de las “mestizas” del pueblo. Quizá ese fue el motivo principal que paulatinamente llevó a la comunidad a vestir a sus principales imágenes de la Virgen María veneradas en las fiesta del pueblo, que incluye desde vaquería, bailes populares y corridas de toros, hasta los llamados baxa-toro, jugar con el toro en la región.
En la Guerra de Castas, con el surgimiento de la religión de los cruzoob, en torno a la Santa Cruz y sus dos hermanas también cruces, estas lucían huipiles, puesto que eran imágenes femeninas sagradas. Aquí quizá fue el comienzo en Yucatán del uso del huipil en las imágenes sagradas.4
En el enigmático pueblo de Maní, a mediados de la década de los años 70 del siglo pasado, las custodias de la Virgen del Lunar, ansiosas por ver a la Virgen de su pueblo con el traje de la elegancia mestiza, tuvieron la oportunidad cuando la Arquidiócesis se retrasó en nombrar a su nuevo párroco, entonces solos y líderes, vistieron a la Virgen con traje de mestiza y aunque no eran los días de la fiesta tradicional, lo importante entonces fue vestir a la Virgen de mestiza. Al cabo de unas semanas llegó el nuevo cura, al encontrar vestida a la imagen afamada por milagrosa de mestiza, por sus propias manos le quitó el terno y lo dejó arrumbado en la sacristía. No tardó en juntarse la comunidad haciendo presión y mostrando su malestar por quitarle el terno a la imagen sagrada, teniendo el cura más remedio que de salir huyendo de los reclamos de sus parroquianos.5
La célebre Virgen de Tetiz, tan amada en la región occidental del estado, en 1980 sale luciendo un terno de bordados rojos y naranja, con rebozo de Santa María, a presidir una de las noches de fiesta en la famosa villa de Hunucmá, cabecera parroquial en donde se encontraba la imagen de la Virgen en su visita anual.6
En los principios de la última década del siglo xx, la célebre por milagrosa Virgen de la Estrella venerada en Peto, en el sur de la entidad, es ataviada con el traje de mestiza yucateca y por mantilla lleva su rebozo, sobre el cual fue colocada su corona de oro, como reina del decanato.
A principio de la década de los años 90 del siglo xx, pasa la Virgen de la Asunción de la entonces villa de Muna a portar por primera vez un terno de mestiza, y consecuentemente se multiplicaron los obsequios de ternos, relegándose en este caso, el uso de los vestidos típicos españoles, quedando en uso desde entonces que la Virgen de la Asunción portara ternos de mestiza; ya no volvió a usar vestidos de corte europeo, quedando como la bella dama y es nombrada popularmente como la Eterna Mestiza de Yucatán. 7
En el año de 1994, se publica bajo el Fondo de Culturas Populares una pequeña obra de Gerardo Can Pat: Jump’eel tzikbaal Ko’olebiillil Tibolón, vertido al español: “Historia de la Virgen de Candelaria de Tibolón”. En la portaba se exhibe una fotografía de dicha Virgen con terno de mestiza. Una de las primeras imágenes que portaron el terno y que fue publicada en una portada de modesto libro.8
En nuestro pueblo de Tekal de Venegas, se venera desde el siglo xvii una hermosa imagen de la Virgen de la Candelaria, imagen que siempre había sido vestida y es portadora de trajes de corte túnica y regios vestidos europeos, esto nos consta en la gran colección fotográfica que sobre ella tenemos. Pero en el año de 1998, por iniciativa del Gremio de Señoras, se solicitó al párroco Avelino Carvajal López vestir a la milagrosa imagen con el terno de mestiza, hubo sus pequeños enfrentamientos con los grupos apostólicos que se oponían, sin embargo, con el permiso del párroco las custodias vistieron a la Virgen con regio terno de mestiza pero en bordados blancos. Los comentarios estuvieron divididos, pero se aplacaron en breve. Al año siguiente el gremio donó un terno de bordados matizados, de colores vivos en rojo dominante, y fue aceptado sin más comentario; desde 1998 la Virgen de Tekal porta su traje de mestiza en la noche del Gremio de Señoras y en la noche de la vaquería, que es el inicio de la fiesta tradicional anual.
Para el año de 1999, la Virgen de la Expectación del Parto, o conocida como Nuestra Señora de Dzemul, ya portaba sus ternos de mestiza, hasta una imagen fotográfica de esta virgen mestiza se publicó en un libro que circuló en la entidad.9
En los tres últimos años del siglo xx, el uso del terno como regio y albo vestido de gala se hace costumbre que lo porte la Virgen de Buctzotz, tan venerada en Temax, Dzilam González y Dzoncauich. El hecho de que porte el terno de mestiza esta virgen visitadora de los pueblos mencionados repercute en ejemplo para vestir las imágenes marianas de esas comunidades, siendo la Virgen de la Concepción de Temax la que en breve lo portó, seguida de la Virgen de Dzoncauich, y también lo portaron las Señoras de Dzilam González, Dzilam de Bravo y la Concepción de Dzidzantún.
Portar el traje regional en las imágenes marianas tendrá resonancia en los primeros años del siglo actual. La Virgen de la Natividad de Sotuta luciera en breve sus terno de mestiza en la noche de vaquería, y siguieran su ejemplo en las Natividades de Sucilá, Cansahcab y Cuzamá.10
En el sur del estado, en el pueblo de Pustunich se venera con especial fervor cada 15 de agosto a la Virgen de la Asunción, conocida popularmente como la Virgen de Pustunich, el día de su fiesta ni el mercado de Ticul funciona, dado que todos se trasladan a esa pequeña comisaría a venerar a su virgen, que en más de una ocasión ha salido de su santuario en la solemne procesión en su día de la Asunción ataviada del terno de mestiza yucateca y coronada con su corona de oro, desde luego alhajada en oro, en anillos, rosarios, soguillas, estrellas y cuantos exvotos de ese precioso metal sus devotos le hacen llegar en prueba de agradecimiento a sus favores.11
“La indumentaria –escribe Ruth Martínez Loera– está muy ligada a las prácticas sociales y a la organización de una comunidad, a la vida y ritual. Así es posible conocer las posiciones de los diferentes integrantes de una comunidad, desde los niños, solteros y algunos personajes respetables por su sabiduría”.12
Leyendo detenidamente a Martínez Loera se revelan puntos importantes. El terno elegante y portado con sus lazos y flores, con sus rosarios y cadenas de oro en filigrana da cierto estatus social a la mestiza, pues evidencia su poder adquisitivo y su holgada posición no social sino religiosa. Evidencia también la posición que estas sagradas imágenes para el pueblo tienen, pues sus ternos son especialmente preparados para ellas, con rebozos, y filigrana en oro que en muchos casos serán parte complementaria de todo el proceso de vestirlas con el traje regional yucateco.
Acontece en gran parte de los municipios y comunidades yucatecas, que las imágenes de la Virgen María portan el traje mestizo en la noche del novenario a petición de un gremio o nochero, que costea la solemnidad de señalado día, y en una mayor parte de estos, la imagen sagrada portará el terno de mestiza en la noche de la vaquería tradicional, que es, según la tradición yucateca, el inicio oficial de los festejos del pueblo, que se marca claramente cuando la orquesta interpreta los Aires Yucatecos, que bailan con alborozo, entusiasmados jaraneros de la comunidad o de pueblos vecinos y distantes, que bajan a dar realce al inicio de la fiesta tradicional. En contadas comunidades, pueblos o villas la Virgen es ataviada con el traje mestizo en el día de su solemnidad, que pudiera ser un 15 de agosto día de la Asunción, o 2 de febrero día de la Candelaria, o en otras fechas marianas como son el 8 de septiembre día de la Natividad y el 8 de diciembre día de la Purísima Concepción.
En Dzemul, Pustunich, Cuzamá y Tetiz no es atípico o extraordinario que la Virgen de esas comunidades sea vestida con el terno de mestiza con mantilla y salga en procesión el día de su solemnidad.
El 9 de diciembre del 2016, en una regia vaquería realizada en el atrio de la iglesia de Izamal, con la resonada orquesta jaranera de Víctor Soberanis, se declaró a la Virgen de Izamal como Patrona de los Jaraneros yucatecos, tras una ceremonia religiosa donde se realizó una oración especial de consagración, se ofreció a la Patrona de la Arquidiócesis un terno de mestiza y ramos de flores por parte de las embajadoras de distintos pueblos. Sin embargo, salto a la luz una evidente contraposición: la Virgen de la Concepción de Izamal no ha portado el traje de mestiza yucateca, y no hay registros en la historia de que esto haya ocurrido, siquiera en una ocasión. Por eso escribíamos entonces: “Y para el siglo xix cuando aparece la vaquería como evento principal que marca con su baile el inicio de la fiesta, y el terno se volvió el traje principal de la mestiza, consolidándose en el siglo xix. Su virgen era el objeto sacro de principal devoción peninsular, evolucionando a finales de siglo pasado esa costumbre de vestir a sus vírgenes de mestizas y de llevarlas a los palacios municipales y presidir el inicio de las vaquerías, pero en Izamal está señalado que sea excepción, es la Itzalana Reina del Mayab, de un pueblo que ha mezclado su sangre y ha forjado su idiosincrasia. Y como en épocas de pasado, la Virgen permanece en su altar y en la plaza principal se baila en su honor, pero esta vez es especial, los jaraneros irán a bailar a su atrio en su honor en regocijo de verla una vez más como su señora y especial protectora.”13
Ojalá que la ocasión no se siga postergando y en breve veamos a la Patrona de los Jaraneros con el albo traje de mestiza yucateca.
La Virgen María la llena de gracia y que gozo de los favores divinos según la doctrina de la Iglesia Católica, se presentó ante el pueblo maya desde la primera evangelización con sus atributos iconográficos de luna, nube, estrellas, traje de gracia lleno de flores, encajes y luz, símbolos que poseían las antiguas deidades femeninas como Ixchel, la señora del arco iris que se posa sobre la luna, o de la bondadosa Ixkanleox, o de la misma Xtabay de cabellos largos y de sublime belleza, estos atributos, como se evidencia, no eran ajenos al pueblo conquistado, ya que dentro de sus esquemas religiosos habían símbolos equiparables. El mismo Chilam Balam de Chumayel y de Tizimín hablan de que llegará una mujer virgen del cielo, que tendrá por casa, a la vez será madre de siete estrellas rojas.
El nombre de la Virgen María será pronto un nombre español que los indios repetirán tan apresurado como cuando llegue un hijo de la madre patria a estos rincones del sureste. Fray Diego de Landa refiere en su Relación… tan famosa, que Hernán Cortés dejando sus armas de soldado se tornó en predicador de indios, con la ayuda del intérprete Jerónimo de Aguilar, fue tal el sermón predicado que los indios de Cozumel “salían de la playa diciendo a los españoles que por allí pasaban: María, María, Cortés, Cortés.”14
Que resonara el nombre de María en la isla de Cozumel en los tempranos tiempos del inicio de la conquista española tiene una connotación importante, dado que esa isla era considerada punto de peregrinación para honrar la diosa Ixchel, que ayudada a las mujeres en los partos y a concebir.
Con el paso de las décadas y tras la consolidación de la conquista militar y espiritual,15 se dio lugar a una costumbre, traída por los franciscanos y conquistadores, la de identificar a la Virgen María con el nombre de las poblaciones autóctonas. Y en el milenario culto mariano resonaron los nombres locales como Nuestra Señora de Itzmal o Izamal, de Tiz o Tetiz, de Calotmul, de Tabí, Becal, Uaymax, Buctzotz, Tekal, Cansahcab, etc. Todas son muestras de una espontánea yuxtaposición del castellano a las lenguas indígenas.16
Y hoy en la lengua maya cuando se refieren a la Virgen María es toda una frase de profundo significado cuando la invocan como la ¡X-ki´ichpan Ko’olebil María!17
Muchas imágenes fueron traídas de España, otras tantas de salieron de los talleres de santeros de Guatemala, y algunas otras quizá obra de santeros o estofadores de diferentes provincias de la Nueva España. La gran mayoría de las imágenes de la Virgen María venerada en las iglesias de Yucatán desde tiempo inmemorial no guarda memoria de su origen.
El uso de traje de la mestiza rica, en las imágenes de la Virgen María, quizá también representa una resistencia maya de supervivencia de su traje forjado en el devenir histórico.
La indumentaria –escribe Lillian Paz Ávila– que corresponde a las mujeres mestizas es el terno, semejante al hipil –asociado a la mujer indígena– pero más abundante en los bordados de punto de cruz que adornan el escote cuadrado, así como la parte inferior y el fustán. Complementan la indumentaria rosarios de filigrana de oro, así como collares o cadenas de dos vueltas y largos aretes. La riqueza de esta indumentaria marcaba un cierto estatus al que aspiraban estas mujeres, por ello las mestizas que no tenían una buena posición económica se hacían de su indumentaria y accesorios de oro, trabajando en las casas pudientes […].18
Notable es, por ejemplo, que la Virgen del Pilar, de enorme tradición piadosa española, cuyo culto llegó a Yucatán durante la dominación española, es desde luego, contrastante que salga vestida de mestiza en procesión el día de su solemnidad marcado el 12 de octubre, desde su ermita en Oxkutzcab, donde tiene culto establecido desde 1697. Y esa misma advocación venerada en Tepakán, Campeche, es ataviada de mestiza yucateca con el terno en la noche de la vaquería tradicional.
Como hemos visto en el vecino estado de Campeche, algunas imágenes de la Virgen son engalanadas con el terno de mestiza yucateca. Por ejemplo, la Virgen de la Concepción de Hopelchén, conocida y coronada como la Patrona de Los Chenes, portaba en los días de su fiesta, en los primeros días de diciembre, el terno de mestiza de Yucatán. Podemos mencionar asimismo a la Virgen de la Candelaria de Xcupil Cacab, la Virgen de Pocboc y alguna otra de la región.19
En algunos municipios de Yucatán las imágenes de la Virgen ataviadas de su terno de mestiza, visitan los palacios municipales en la noche de la vaquería, ante su presencia, en el caso de Sotuta y Temax, se coronan a las embajadoras y se realiza el protocolo por parte del Honorable Ayuntamiento para declarar el inicio de la fiesta. Ante su presencia se interpretan los Aires Yucatecos, que marcan el inicio formal de la Fiesta del Pueblo, al término del cual las sagradas imágenes son devueltas al templo principal. En Sotuta, desde el 2017, se dejó de llevar a la imagen alegando su cuidado. En tanto que en Temax y Tekal de Venegas en 2009, iniciaron esta peculiar acción de llevar a la Virgen al palacio municipal sede de los Ayuntamientos. En Tekal de Venegas, la Virgen de Candelaria es llevada solamente por breve momento, se toca una jarana y sale de la alcaldía inmediatamente. Todo esto promovido por el entonces párroco Aaron Dzib Cauich, que ha llevado esta particular en acción a los pueblos de Kinchil y Samahil, haciendo que la Virgen sea trasladada al palacio municipal para la vaquería.
En los últimos años la Virgen mestiza de Hoctún, Conkal, Tixpeual y Timucuy tornan en visitar los palacios municipales en la noche de vaquería regional. Todo depende en muchas ocasiones de las buenas relaciones entre los alcaldes y los párrocos.20
¿Pero quién bordó tu terno de mestiza Virgen María?
Dice el Chilam Balam que “llegará una blanca criatura del cielo nombrada mujer virgen. Su casa son siete estrellas rojas…”.
Creo que para vestirte de blanco Ná Tzin Yabun, la madre del algodón te obsequió sus blancas telas, donde trazó tu figura el compás, y la canevá o cuadrillé completaría la obra. Quizá fue Nohpat, la antigua gran madre que guió el trabajo y Xkanleox sirvió la bondad que dio línea al trazo.
Creo que para las flores fue Lol Bé la que puso en la mente de la bordadora la gran variedad de flores que recogió en el camino que en siglos ha recorrido.
Quizá fue Sac Nicté, flor blanca, la que huyendo de Chichen Itzá, bordó en punta de cruz aquellas flores de la solapa y del ruedo, y Mayel Nicté le dio el matiz de inigualables colores.
Lol Há puso encajes de gruesos pétalos de flores del mes de Moa, mayo, fueron de Juannicté y Nictechó el brillo amarillo de sus brotes, fue así como cercaron el ruedo de su pic o justán.
Lo siguiente fue obra de Nicte Há, que del agua azul de sus cenote formó el rebozo azul que cruzó tu torso y brazo.
Y así ataviada, una mantilla blanca sobre tu cabellera se deslizó, mantilla formada por las espumas de cristal de nuestras playas, donde tus nuevos hijos pusieron corona de imperial grandeza.
Itzmal arcaico roció del cielo, te prefiguró de las bendiciones que de ti descienden sobre el nuevo pueblo, forjado de lazos de sangre y de unión concebida.
Y ya fijada sobre tu nuevo trono, sobre tu nueva realeza, faltaba algo más en el concierto, y la inspiración llegó puntual en la mente de los hijos del Mayab, como por encanto, por todos los pueblos antiguos donde su imágenes eran veneradas se troncaron a vestirla, a ataviarla con huipil de flores, lazos y encajes, de rebozo de algodón o de seda.
De Muna eres eterna mestiza, en Mamita eres madre mestiza, en Tetiz eres mestiza reina de occidente, en Sucilá y Valladolid del oriente, en Cansahcab y Buctzotz de norte, en Peto y Pustunich del sur. En Sotuta y Tibolón del centro, junto con Maní y Mopilá. Y desde Bolón, Tecoh, Chocholá y Oxkutzcab, es mestiza distinguida de viejo camino real. También en Cuzamá y Tecoh, en Baca y Dzemul, en Teabo y Kaua, en Popolá y Bokobá, en Temozón y Samahil, en Ucú y Chuburná guarda en sus baúles ternos bordados que viste en ocasiones especiales. Mientras que en Ixil, en Conkal, en Kinchil, en Tekal, en Timucuy y Hoctún torna a salir de regio terno a visitar el palacio municipal en la noche de vaquería.
El uso del terno de mestiza es un símbolo destacado. Y es que el hombre no puede prescindir, en esta vida, de los signos. Lo único importante es que estos sean legítimamente enderezados hacia la realidad que por ellos se expresa.21
Colocarle el terno a la imagen de la Virgen es desde luego una expresión de la llamada piedad popular.
El uso de terno mestizo en las imágenes de la Virgen Santísima es un reflejo del sincretismo religioso y de la revalorización del traje regional. Poco más de 85 imágenes muy antiguas de la Madre de Dios venerada en los municipios yucatecos portan por lo menos una vez al año el traje regional. Valores de la piedad popular sostenidos en la devoción a la Virgen María, pero a la vez una configuración de los antiguos valores prehispánicos de ataviarse con ciertos trajes que dan superioridad, autoridad y divinidad. La Virgen Mestiza es una clara muestra de nuestro patrimonio intangible en el sureste mexicano.
Notas
1 “Chilam Balam de Chumayel”, facsímil. G. B. Gordon, University of Pennsylvania- The Museum Anthropological, Philadelphia - USA, 1913.
2 Fray Diego Landa: Relación de las cosas de Yucatán, Consejo Editorial de Yucatán A. C. Dante, Mérida, 1986, p. 65.
3 Constituciones sinodales dispuestas por el obispado de Yucatán por su obispo Juan Gómez de Parada, Mérida, Yucatán, 6 de agosto de 1722. AGI, México, 1040, f 139v.
4 Comunicación con la doctora Georgina Rosado y Rosado, 1 de diciembre de 2018.
5 Comunicación con el diácono Andrés Novelo Álvarez, noviembre de 2016.
6 José Iván Borges Castillo: “Historia y milagros de Nuestra Señora de Tetiz”, Presencia Mariana en Yucatán I, p. 50.
7 Comunicación con la escritora comunitaria Violeta Arana Villalobos sobre el caso de la Virgen de Muna, la llamada eterna mestiza, noviembre de 2018.
8 Gerardo Can Pat: “Jump’eel tzikbaal Ko’olebiillil Tibolón” Maya dziibo’ob bejla’e, Instituto Nacional Indigenista, Tlahuapan, Puebla, México, 1994. En la portada del libro encontramos a la Virgen de Tibolón con el traje regional de mestiza yucateca.
9 La imagen se publicó en el libro Cenotes y grutas de Yucatán, idea editorial de Luis Armando Ruiz Sosa, Compañía Editorial de la Península S. A., 1999. La fotografía de la Virgen de Dzemul es de Armando Gutiérrez.
10 A través de la prensa, en especial de los reportajes bien documentados del Periódico de la Dignidad, Identidad y Soberanía POR ESTO! se puede seguir de cerca las devociones de los pueblos.
11 POR ESTO!, 16 de agosto de 2015.
12 Ruth Verónica Martínez Loera: “Mayas y tzeltales, una identidad en la vida”, Tesis Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, Tlaquepaque, Jalisco, junio de 2011, p. 75.
13 José Iván Borges Castillo: “Nuestra Señora de Izamal, Reina de Yucatán, Patrona de los Jaraneros”, POR ESTO!, sección La Ciudad, sábado 3 de diciembre de 2016.
14 Fray Diego de Landa: Relación de las cosas de Yucatán, ob. cit., p. 17.
15 El nombre de “conquista espiritual” es acuñado por el historiador Robert Ricard: La conquista espiritual de México, Fondo de Cultura Económica, México D.F., 1986.
16 Fausto Zerón Medina: Felicidad de México. Editorial Clío, libros y videos, S. A. de C. V. México, 1995. pp. 44-45.
17 José Iván Borges Castillo: “X-ki’ichpan ko’olebil María ti Candelaria. María entre los mayas yucatecos”, en Compilación literaria del Mayab III Nuestras comunidades hablan, Unión de Escritores Comunitarios de Yucatán, PACMIC 2015, Talleres de Grupo Corme, Mérida, Yuc., 2015, pp. 159-168.
18 Lillian Paz Ávila: “La moda europea y su influencia sobre el terno yucateco durante el siglo xix”, http://www.mayas.uady.mx/articulos/terno.html
19 Página del Facebook de Catecismo de Hopelchén. Se les conoce como Los Chenes por la gran variedad de nombres de los pueblos que hacen referencia a los pozos, en maya chen, de donde derriba el nombre pueblo de Los Chenes, de los pozos.
20 En las páginas del POR ESTO! podemos constatar la presencia de las imágenes de la Virgen María ataviadas de mestiza yucateca que son trasladas a los palacios municipales de diferentes municipios de la entidad.
21 Carlos Ignacio González: S. I. María, evangelizada y evangelizadora. Consejo Episcopal Latinoamericano-Celam, México, 1998, p. 446.