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Entretenimiento / Virales

Los de adelante corren mucho

Joaquín Bestard Vázquez

Cuco se lo dio a entender a tío Ueto apenas agotó los esfuerzos para dominar el temblor del párpado derecho, impregnado de un destello especial.

–Debes buscarles la cara así la traigan pintada a rayas, meter mucho ruido para prender su miedo y que te den tu lugar. Volvimos a los tiempos del clan y solo se respeta al brujo de la aldea, siempre y cuando le saque lo bum bums a unos tambores, le quite el mofle a su carcacha bicolor y le extraiga quince tronidos a los huesos de su calaca.

Pero antes que tío Ueto consiguiera la primera protesta, Cuco lo rebasó para seguir dándoles por el lado fácil:

–Se va tras lo desmadroso, el grito rufianesco, el ulular de las sirenas, el chirriar de frenos y el estampido, ampliado en un sorrounded de bocinas cuadrafónicas.

Ueto apretó los puños y sofocó el aliento contra el paladar, se aplicó en capturar al vuelo las frases de Cuco, para preguntar al final con voz quebrada por el esfuerzo de controlar la emoción:

–¿Qué quieres que hable con ellos?

–De modelos y marcas de autos. Potencia en caballos de fuerza. Motores de combustión alterna. Filtros de gasolina. Bujías. Aditamentos.

–Imposible. Supero la edad límite para explicar sin trabarse sobre un carburador y los componentes.

En realidad no era un viejo, pero el interés del mundo comenzaba a inclinarse por los jóvenes, quienes vendrían a darle una segunda oportunidad a la vida. A crear cosas nuevas, reglas nuevas además, y lo principal, sin parecerle superficial a nadie.

–No estás pa’regarla feo –dijo Cuco.

–De a cuervo, como dicen ellos.

–Cría talachas y te depilarán las pestañas –dijo Cuco.

Se ensimismó ante el júbilo substancial de un Cuco orgulloso en demostrar su arraigo en el mundo moderno, donde se consideraba anguila en el agua.

–Les alego más de cuatro cositas hasta dejarlos descascarados de a pelvis, gracias a mi rapidez pa’hipnotizar camaleones: el mañana será de los vivillos en desentrañar los instintos de las taras de siglos. Recuerda, galán, el meollo es hacerla al revés. A este mundo solo lo aquieta el recurso mágico de la palabra (ábrete sésamo: riqueza a mares) y si las tuyas, tus sonsas expresiones de a diario son tan derechas como avenidas, nomás les servirá pa’transitar de un lado a otro como pista de patinaje y sin respetar tus semáforos; vivimos una época sin relax, dispuesta a cada segundo a deshumanizarnos más, con tal que nadie reconozca su tribu y únicamente nos salva el maxfactor pa’identificarnos FINISH,

sin el hapilandia salivoso

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¿querías otro rollo? De a mamencín raspado de piña por CANAL Dodge (tv dos).

Tío Ueto trató de esquivar el abrazo efusivo de Cuco, pero el ademán se desbarató antes de pillar el primero la sonrisa colérica del amigo.

Cuco se metió las manos sonsas en las bolsas del saco, holgado para su complexión esmirriada, trajes comprados en abonos herejes por irregulares en la boutique Ramshacle.

–Mira, Cuco…

Cuco ni se inmutó y solo fingió escuchar a tío Ueto.

–Ni me siento pasado de viejo o menos con las rodillas al revés como alardean. Eso sí, una mañana de estas traigo en lugar de mi telera con queso Chihuahua, un fierrito afilado y lleno de agujeros a más de un hocicón. ¡A ver de qué cuero salen más correas!

–¿Te aventaba cherife? –preguntó Cuco.

–Así lo tenga que cargar para tirarlo en el gran canal y me metan entre rejas como a los leones –respondió tío Ueto.

Cuco escarbaría muy poco para descubrir el espanto del tío Ueto: se ponía tieso y hundía la mirada en lo profundo de sus órbitas como si se buscara a sí mismo.

–Que agarre su patín y se ponga fuera de combate, los chavos le rugían, o se busque otra chamba.

–A la rueca el ruco la rueda de San Miguel; trabalenguas muchachil: Colegios vemos de asignaturas no sabemos.

Cuco disimulaba las muecas y contestaba con evasivas hasta encorajinar a tío Ueto o suplicaba en un sonsonete de malas pulgas: ni los peles y menos te bajes del camellón pa’no envalentonarlos. Fíjate: son capaces de atropellar a su abuela sin lagrimar sombra de lástima, una lágrima furtiva

–El mundo no es el mismo y ni albañil pa’componerle un tabique, Cuco, además, son figuraciones tuyas propias del aislamiento en desenrollar tu vida, acá toditos te quieren un chorro y dos con sal.

A tío Ueto no le gustaba hacer migas con cualquier calabaza lenticular.

–A esta edad se ven las costuras de paso, como que se respiran horas extras sin gratificación y dedicarlas a desenmascarar las obras simples es perder el tiempo restante, preferimos guiarnos por la impresión inmediata y punto.

Referencia a los comentarios absorbidos del aire ruinoso de la oficina y así se lo recalcó a Cuco:

–Ni estás para saberlo o yo para presumirlo, pero te apuesto que con la intención más negra, dejan las palabras sueltas con tal de clavármelas en la piel como bobas tachuelas.

–Suavena dijo el cáscara al sorber en popote su hiel, y así le canturreaban a la espalda, al puro barbero: sé villano.

–Y tú, Cuco, ¿en qué la raspas?

Tío Ueto se agarró a una oportunidad que le puso al alcance Fredi: ––Hay chance de conseguir una plaza de supernumerario en mi secretaría, solo tienes que ponerte muy chango y olvidar Beyhualé.

–Claro que acepto, porque hoy mientras no me pongan a barrer la Alameda o me den el donativo pa’mi cajón de bolear zapatos, no hay chamba y eso que apenas si estoy a un paso del cincuentón soltero y desheredado.

Y Fredi le dijo:

–Pá muchos estás en horas extras y vas que vuelas p’al cajón, ponte buzo tío Ueto y deja atrás nuestro lugar de origen, como hace la mayoría de los que estamos arrejuntados por millones aquí

–¡Puchis, cómo si fuera tan fácil!

–¡Jíjole, de eso se trata y límpiate la boca de los puchis y maare! –le exigió Fredi.

Tio Ueto se alebrestaba dentro de su concha protectora, casi a punto de llamarlos Muinos-Cara-de-Nopal, Garra-patas-de-Cristal-Cortado o Vampiros-de-la-Noche-Triste, sin presentar el bulto.

Al corriente chile verde de su desventaja, seguro del enojo de los muchachos, y apurado porque la sangre no salpique ningún riachuelo.

–Más te vale no hacerle al tontolín si careces de tarro de miel; y menos de alinearlos por la derecha, marchen. Los de adelante corren mucho los de atrás los pasarán. Puedes salir mal parado solo por alardear bando-león a lo sonso, porque a nosotros nos pierde un méndigo botón transparente que aprieta la bravuconería, al grito de acá pa’l real adelante a ver de a cómo nos toca, ora que, si tienes tanta suerte de torero criollo en la glorieta del ex Caballito a las tres de la tarde y no te coge ningún carro y los fregados son ellos, de todísimas maneras te dan pa’dentro del tambo, lo que sopesando el melón con los aguacalis sales perdiendo un son, paisano.

–¿País sano?

–Está por verse, está muy verde.

–Ten presente que estos maldosos de fioco, no les enseñaron a respetar a sus mayores. ¡Cómo los quieren hacer bailar la Panchita al trompetazo de hace cuarenta ayeres!

Cuco se jaló las cerdas desperdigadas del bigote, igual a quien trata de certificar su lugar y su número:

–Te la tienes que rifar a fondo con una suerte ya de por sí panzona.

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