Síguenos

Última hora

Maltrato animal en Cancún: Registran más de 220 denuncias al día y sólo 10 casos son atendidos

Internacional

Un precedente insensato y funesto

Gustavo Robreño

Mi Columna en POR ESTO!

La Administración Trump, actual gobierno imperialista de Estados Unidos, acaba de sentar un precedente insensato y funesto al utilizar una de las salas de sesiones del edificio sede de la Organización de Naciones Unidas en Nueva York para escenificar un deslucido show anticubano, aprovechando el marco de la Comisión de Asuntos Humanitarios de la Asamblea General.

Seguramente movidos por el habitual desprecio imperial hacia las Naciones Unidas, enfatizado por la Administración que hoy manda en Washington, tomaron la decisión de desconocer y violar una vez más la Carta de la ONU, más todos los reglamentos y disposiciones existentes al respecto, incluidas las normas que debe respetar Estados Unidos como país sede y que son desconocidas reiteradamente por los anfitriones.

No olvidar que el asesor de seguridad nacional del gobierno estadounidense en estos momentos es John Bolton, enemigo declarado de la ONU desde sus días de embajador en ella bajo el régimen genocida de Bush hijo. Fue Bolton quien reclamó en diversas ocasiones la retirada de Estados Unidos de esa organización, a la cual desprecia e ignora.

Esta vez se intentó montar el show anticubano tomando como pretexto la “situación de los derechos humanos” en la isla, como maniobra evidente y burda que busca restar significación y peso universal a la próxima votación de la Asamblea General contra el ilegal, injusto e inmoral bloqueo económico, comercial y financiero de alcance extraterritorial contra Cuba, que dura ya casi 60 años y es el más largo en la historia de la humanidad.

Ante la aplastante derrota que, una vez más, espera a Washington en este tema donde está absolutamente aislado y prácticamente solitario no hallaron otro resquicio que violar, también una vez más, la Carta de la ONU que proscribe claramente este tipo de montaje de un país miembro contra otro y utilizando la propia sede de Nueva York como escenario.

El gobierno de Cuba ha reclamado de la Secretaría General de esa organización una exhaustiva y rigurosa investigación sobre estos hechos vergonzosos, que hacen trizas cualquier reglamentación interna y sientan un peligroso precedente de introducir la “ley de la selva” dentro de una organización cuya razón de ser y sus propósitos son todo lo contrario.

Como colateral motivo de indignación y perplejidad ante estos intentos imperiales, salta a la vista que no es precisamente Estados Unidos (su gobierno actual) quien pueda erigirse en “defensor de los derechos humanos” en ningún lugar del mundo, cuando no sólo los pisotea planetariamente mediante sus políticas de agresión y guerra, sino dentro de sus propias fronteras y hacia los sectores más vulnerables y desprestigiados de esa población, tal como se ha evidenciado.

La hipocresía imperial, como ya sabemos, no tiene límites; ahora quiso envolver también a las Naciones Unidas.

(grobreno@infomed.sld.cu)

Siguiente noticia

Mayor preocupación laboral en Cuba