Alfredo García
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El proceso de reordenamiento de países y bloques militares, similar al que antecedió la I y II Guerra Mundial, sigue su funesto curso. El pasado mes de junio el presidente francés, Emmanuel Macron, declaró su intención de promover un “Ejército Europeo” independiente de la OTAN, desafiando al comandante en Jefe, Donald Trump.
Dicho y hecho. Desde Ayer los ministros de Exteriores y Defensa de la Unión Europea (UE), discuten en Bruselas los primeros pasos en su “independencia estratégica” de la OTAN, a pesar del pataleo del presidente norteamericano que reaccionó indignado frente a la soberana actitud europea. Según especialistas, la iniciativa de la UE se debe a la “inestabilidad” de los aliados tradicionales, en particular Estados Unidos, y la necesidad de “afrontar conflictos” sobre todo en antiguas colonias africanas, que desborda la capacidad individual de los países europeos o no encajan en la actividad habitual de la OTAN, soslayando la obvia competencia hacia el bloque militar que bajo el mando de la Casa Blanca intenta controlar el planeta desde el colapso del sistema socialista de la URSS.
Según algunos especialistas, el desafío de la UE a EU es indirecta respuesta a la amenaza del presidente Trump de retirar o disminuir su presencia militar de Europa si no se aumenta el aporte al gasto militar de la OTAN, así como el posterior chantaje comercial con su política proteccionista de “América Primero” y el alza unilateral de las tarifas arancelarias.
El aumento en el gasto de defensa fue aceptado por la UE, pero en dirección contraria al solicitado por el presidente norteamericano. Antes de Trump asumir la presidencia, el presupuesto de la UE no destinaba cifra alguna al gasto de defensa. A partir de la exigencia del autoritario presidente, la Comisión Europea decidió destinar 500 millones de euros en junio del pasado año, para 2019 y 2020, con el fin de “cofinanciar prototipos industriales en el marco de un programa específico de desarrollo industrial” y la intención de elevarlo a mil millones de euros a partir de 2021. Al mismo tiempo la UE estableció un comando militar en Bruselas conocido como Planificación Militar y Capacidad de Conducta, PMCC, para coordinar las operaciones militares del bloque comunitario en el exterior, decisión que entonces despertó suspicacia en la OTAN. En la actualidad, la UE lleva a cabo 3 operaciones militares de asesoramiento y entrenamiento al Ejército local, independiente de la OTAN, en Mali, Somalia y República Centroafricana.
Trascendió que en la reunión que sesiona desde ayer en Bruselas, la Comisión Europea se propone elevar de 17 a 34 el número de proyectos comunes para acelerar el desarrollo militar que incluye el primer dron europeo, reforzar el despliegue de operaciones civiles, pactar las bases de un fondo común de hasta 13,000 millones de euros y autorizar pequeñas operaciones militares sobre el terreno.
La nueva estrategia de defensa impulsará un salto tecnológico e industrial militar europeo, al prescindir la UE del complejo militar industrial norteamericano, del que siempre ha dependido. El compartimentado y condicionado requisito de acceso a las partidas del fondo comunitario a empresas de terceros países, en particular de EU y Reino Unido, es el aspecto más desafiante del proyecto europeo.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, que participa hoy en la reunión de Bruselas, advirtió inquieto: “Si se repiten demasiado frases como la de “independencia estratégica”, suena como si fueras a hacer grandes cosas en solitario, y no creo que eso sea sabio”. Por su parte la Comisión Europea insistió en que no se trata de competir con la OTAN, sino coordinar una política europea “porque hay problemas que debemos resolver solos e incluso, nuestros aliados nos piden que los resolvamos solos”.