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Las heridas siguen abiertas en Chile

SANTIAGO DE CHILE, Chile, 11 de septiembre (AFP/EFE).- Las heridas que dejó el golpe militar en Chile, del que este martes se cumplen 45 años, siguen sin cicatrizar. Las Fuerzas Armadas se resisten a abrir sus archivos y el poder económico y político de los defensores de la dictadura siguen presentes mientras las víctimas reclaman justicia.

El 11 de septiembre de 1973, las Fuerzas Armadas perpetraron el golpe militar que acabó en el suicidio del presidente socialista Salvador Allende en el bombardeado palacio de La Moneda.

De esa forma se ponía fin al gobierno de la Unidad Popular, la primera coalición marxista que fue elegida en las urnas en América Latina.

La polarización de la sociedad, la dura crisis económica y la injerencia de Estados Unidos en un contexto de Guerra Fría abonaron el terreno para el éxito del golpe que dio paso a 17 años de cruenta dictadura del general Augusto Pinochet, con más de 3,200 muertos y unos 38,000 torturados, entre ellos, la expresidenta Michelle Bachelet, actual alta comisionada de Derechos Humanos de la ONU.

Señal de que las heridas siguen abiertas, en los actos conmemorativos de este martes, el presidente Sebastián Piñera, un antipinochetista declarado, solo invitó a sus ministros, mientras la izquierda por su lado realizaba una ofrenda floral ante una de las puertas laterales del palacio de gobierno, por la que sacaron el cuerpo de Allende tras el golpe militar.

La izquierda recuerda con homenajes a Allende

Las formaciones de la oposición de centroizquierda y las organizaciones sociales y pro derechos humanos salieron a las calles para rendir tributo a Allende, que el día del golpe se atrincheró en el Palacio de La Moneda mientras la sede gubernamental era bombardeada por los militares golpistas.

La senadora socialista Isabel Allende, hija del presidente homenajeado, afirmó que es una fecha de “recuerdos, sentimientos y emoción” que la hacen sentir “orgullosa”.

“Creo que hemos hecho un acto republicano, unitario, amplio y donde hemos juntamente reencontrado los valores de la verdad, justicia y fortalecimiento de la democracia”, dijo Allende.

Carmen Frei, hija del expresidente Eduardo Frei Montalva (1964-1970) y vicepresidenta de la Democracia Cristiana (DC), aseguró que las consecuencias del golpe de 1973 siguen presentes en la actualidad.

“Todavía no sabemos dónde están cientos de detenidos desaparecidos y aún no se aclaran todos los crímenes cometidos. Los pactos de silencio, desgraciadamente, siguen en pie y en miles de hogares todavía se espera verdad y justicia”, sostuvo Frei, cuyo padre murió en 1982, presuntamente envenenado por agentes de Pinochet.

Antes de esa actividad, representantes de partidos de izquierda se congregaron en “Morandé 80”, una puerta lateral del Palacio de La Moneda que Allende utilizaba para entrar y salir del edificio, y por la que fue sacado su cadáver el día del golpe.

Los presidentes del Partido Socialista (PS), Álvaro Elizalde, y del Partido por la Democracia (PPD), Heraldo Muñoz, pusieron claveles rojos en la simbólica puerta y luego se desplazaron hasta el monumento en honor al expresidente que reposa en la Plaza de la Constitución.

En ese lugar se sumaron a los homenajes delegaciones del Partido Comunista, de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD).

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