Síguenos

Internacional

Ofensiva turca en Siria: muertes y desplazamientos masivos

AKCAKALE, Turquía, 11 de octubre (AP).- Las fuerzas turcas profundizaron su ofensiva en el noreste de Siria el viernes, en la tercera jornada de los ataques a milicianos kurdos sirios que han provocado un nuevo desplazamiento masivo de civiles y que la comunidad internacional ha criticado con dureza.

Hubo muertes en ambos bandos y Turquía reconoció su primera baja militar al informar que un soldado fue “mártir” en los combates.

Previamente, al menos seis civiles murieron en Turquía y siete en Siria desde que Ankara inició el operativo en el noreste sirio con incursiones aéreas y terrestres.

En Siria, multitudes de pobladores huían con sus pertenencias en autos, camiones, motos o directamente a pie. La agencia de la ONU para los refugiados dijo que decenas de miles estaban en marcha y las agencias humanitarias advirtieron que casi medio millón de personas estaban en riesgo en la frontera. Las escenas eran similares a las de algunos años atrás, cuando la gente huía de los milicianos del Estado Islámico.

El presidente estadounidense Donald Trump abrió la puerta a la ofensiva al retirar a las fuerzas norteamericanas de sus posiciones cerca de la frontera y dejar a los combatientes kurdos sirios, aliados de Estados Unidos, a merced de los turcos. La milicia kurda siria fue la única aliada de Estados Unidos en la campaña que derrotó al grupo Estado Islámico.

La decisión inesperada de Trump, quien enfrenta el inicio de un juicio político en el país, generó críticas encendidas tanto de republicanos como demócratas. Los expertos en defensa nacional dijeron que puso en peligro no sólo a los kurdos sirios y la estabilidad regional, sino la credibilidad misma de Estados Unidos.

Trump advirtió a Turquía que actúe con moderación y proteja a los civiles, pero había escasas señales de ello en los ataques.

El viernes por la mañana se alzaban gruesas columnas de humo negro del pueblo sirio de Tal Abyad, cerca de la frontera, mientras Turquía continuaba los bombardeos.

El ministerio turco dijo en un comunicado que uno de sus soldados murió y tres resultaron heridos. El ministro de Defensa turco Hulusi Akar dijo que murieron 342 “terroristas”, como llama Ankara a los milicianos. No fue posible verificar las cifras en forma independiente.

Intenso fuego cruzado en el tercer día de ofensiva turca en noreste de Siria

Akçakale (Frontera turco-siria), 11 oct (EFE).- Con 17 civiles muertos en Turquía por fuego de morteros desde Siria, el tercer día de la ofensiva turca contra las milicias kurdas en el noreste del país vecino ha dejado claro que esa operación militar, llamada “Fuente de Paz” por Ankara, no es ni será un simple paseo militar.

Mientras continuaban los bombardeos muy cerca de la frontera, el Ministerio de Defensa turco confirmó hoy la muerte de dos soldados, una de ellas ocurrida ayer, pero sin dar más detalles.

Otros dos soldados turcos murieron en un ataque con morteros contra la base militar turca en Azaz (Siria), a más de 150 kilómetros al oeste de la zona de combates, en un territorio que Turquía domina desde 2016, según ha informado la cadena turca NTV, que atribuye el ataque a unidades infiltradas de las milicias kurdas.

El parte militar de este viernes asegura que las Fuerzas Armadas turcas han tomado ya 13 pueblos en la periferia de Tal Abiad y Ras al Ain, las dos ciudades sirias fronterizas en las que se concentra, de momento, la ofensiva turca.

Pero las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), las milicias kurdas de Siria que dominan esta región desde 2015, año en el que expulsaron de ella a grupos armados yihadistas como el Estado Islámico (EI), están oponiendo una fiera resistencia y han contraatacado con morteros.

Por su parte, las Fuerzas Armadas turcas aseveraron haber “neutralizado” -es decir, abatido, herido o capturado- a 342 miembros de las YPG, cifra imposible de verificar.

Desde el inicio de la ofensiva el miércoles por la tarde, numerosos proyectiles disparados desde Siria han caído en municipios cercanos a la frontera turca y se ha contabilizado un total de diecisiete civiles muertos y cerca de un centenar de heridos.

Ocho personas fallecieron hoy por el fuego de morteros en la ciudad de Nísibis (Nusaybin, en turco), que también ayer sufrió un ataque en el que murió una mujer y sus dos hijas adolescentes.

Otras dos víctimas mortales se produjeron este viernes en el municipio de Suruç, frente a la ciudad kurda de Kobani, según la agencia turca Anadolu.

Entre grandes medidas de seguridad, se dio hoy sepultura al bebé de 9 meses de una familia siria refugiada en Turquía que murió ayer a causa del impacto de un proyectil caído en el centro de la ciudad turca de Akçakale.

El pequeño fue enterrado con honores de “mártir”, a saber, de soldado caído por la patria: con la bandera turca cubriendo el ataúd y la presencia del alcalde, Mehmet Yalçinkaya, que lo describió como “sirio y turco, natural de Akçakale, por haber nacido aquí, en una familia que llevaba ocho años con nosotros”.

Yalçinkaya, miembro del partido gubernamental Justicia y Desarrollo (AKP), defendió la ofensiva y resaltó que son ella se trata de expulsar de la región fronteriza siria a las YPG, a las que Ankara considera terroristas por sus vínculos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda activa en Turquía.

Las ciudades de Akçakale, en el lado turco, y Tal Abiad, en el sirio, están separadas apenas por una antigua vía de tren, un muro reciente de hormigón y unas alambradas.

Sin embargo, la población a ambos lados, en su mayoría de lengua árabe, mantiene muchos vínculos familiares a través de la frontera, según confirmaron a Efe vecinos de un barrio fronterizo.

El antaño lucrativo comercio transfronterizo se acabó cuando en 2015 Turquía cerró la aduana tras tomar las YPG el control del lado sirio y expulsar a las milicias yihadistas locales.

“Akçakale lleva cien años sin terrorismo, y Tal Abiad también. Los países que han respaldado a las YPG con apoyo y logística deberían avergonzarse”, dice Yalçinkaya, que habla el árabe local con fluidez.

“Estamos en guerra, pero la operación busca acabar con el terrorismo, y en cuanto se acabe, todo el mundo volverá a su país, a su casa”, promete el regidor.

Yalçinkaya hace hincapié en que no se trata de una campaña contra los kurdos, sino contra una organización “terrorista”. Dice que la intervención turca quiere traer la paz “a turcos, kurdos, árabes, armenios, cristianos, asirios, judíos...”

Pero la opinión internacional no lo tiene tan claro, y hoy mismo, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, expresó en Estambul su preocupación por una posible escalada de tensiones.

“Quiero expresar nuestra seria preocupación por la operación turca en el noreste de Siria. Por los riesgos de inestabilidad que puede causar en la región y el riesgo de que afecte a los civiles”, dijo Stoltenberg en una rueda de prensa conjunta con el ministro de Exteriores turco, Mevlüt Çavusoglu.

Al mismo tiempo, el ministerio turco del Interior ha tomado medidas contra quienes critican la operación en Turquía.

“Mientras nuestros soldados están dando sus vidas contra el terror allí, no dejaremos que nadie se pronuncie contra ellos aquí”, declaró el titular de la cartera, Süleyman Soylu, en un canal de televisión.

Precisó que se han tomado “medidas legales” contra unas 500 personas de las que 121 han sido arrestadas y afrontarán cargos por “incitación al odio y la enemistad” y “hacer propaganda a favor de una organización terrorista” en las redes sociales.

Trump pasa de la pasividad a pedir a Turquía que detenga su ofensiva en Siria

Washington, 11 oct (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, duramente criticado por su manejo de la ofensiva militar turca contra los kurdos en el norte de Siria, pasó de la pasividad inicial a pedir hoy a su homólogo de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, que detenga los ataques bajo amenaza de sanciones.

“El presidente ha autorizado y firmará una nueva orden ejecutiva que da al Departamento del Tesoro (el poder de imponer) sanciones nuevas muy significativas que pueden dirigirse contra cualquier persona vinculada al Gobierno de Turquía”, anunció el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, tras reunirse con Trump en la Casa Blanca.

En un comunicado, el Departamento del Tesoro aclaró que el objetivo de las sanciones, que no se activarán de inmediato, es “disuadir a Turquía de seguir con su acción militar ofensiva en el noreste de Siria”.

Esta postura contrasta con el primer comunicado emitido el domingo pasado tras una llamada telefónica entre Trump y Erdogan en el que la Casa Blanca anunció la retirada de las tropas de su país de Siria y, al tiempo que avisó de que tenía conocimiento de la ofensiva militar turca, advertía de que no la “apoyaría”, pero que tampoco se “involucraría” en esa operación.

Dicha declaración fue interpretada como un visto bueno a la operación militar del Gobierno turco contra los kurdos, que era un plan que mantenía vivo Erdogan desde hace años y al que hasta ahora se venía oponiendo explícitamente Washington.

Sin embargo, con el paso de los días y en medio de fuertes críticas que han incluido a su propio partido, el Republicano, Trump ha ido endureciendo su discurso hasta llegar a la advertencia de hoy de que ya se están preparando sanciones, alegando la posibilidad de que haya ataques “indiscriminados” que afecten “a civiles, infraestructura civil y minorías étnicas o religiosas”, o que se “deje escapar” a presos del grupo terrorista Estado Islámico (EI).

“Estas son sanciones muy poderosas, esperamos no tener que usarlas, pero podemos paralizar la economía turca si necesitamos hacerlo”, subrayó Mnuchin en una conferencia de prensa.

Las amenazas de sanciones también pretenden proteger a la Fuerzas de Siria Democrática (FSD), la alianza de milicias encabezada por los kurdosirios y que ha sido un importante aliado de Estados Unidos en su combate contra los yihadistas del EI.

Estas palabras parecen tener como fin aplacar las críticas que ha recibido Trump de muchos sectores, incluidos los republicanos, después de que en días pasados hubiese llegado a despreciar a las FSD y decir de ellas que EE.UU. no tenía ninguna obligación de proteger a los kurdos porque “no ayudaron” al país “en la Segunda Guerra Mundial”.

La retirada de tropas, que en un principio despejó el camino para la ofensiva turca, ha abierto grietas entre los republicanos en un momento en que Trump necesita más alianzas entre los legisladores.

En el Legislativo está en marcha una investigación para destituir a Trump debido al escándalo por sus gestiones con las autoridades de Ucrania para que investigasen y obtuviesen pruebas de presunta corrupción contra el ex vicepresidente Joe Biden, que se perfila como favorito para ser su rival en las elecciones de 2020.

Uno de los últimos congresistas en anunciar su ruptura con Trump ha sido el republicano John Shimlus, quien aseguró que había pedido retirar su nombre de la lista de legisladores que apoyan al gobernante, aunque seguiría apoyando su agenda política nacional.

“El presidente Trump es un populista que quiere poner a Estados Unidos primero, en detrimento de nuestros aliados y amigos (...) A algunos en este país puede que les guste eso, a mí no”, declaró el legislador y hasta ahora fiel aliado del mandatario en unas declaraciones recogidas hoy por los medios.

Aparte de la inacción inicial de Trump, que dejó en la estacada a las fuerzas kurdosirias, la irritación en el Congreso parece deberse también a los constantes vaivenes y falacias del gobernante sobre este tema.

Trump insiste en sus declaraciones y discursos de campaña en que el repliegue militar estadounidense de Siria es total, pero otras instancias del Gobierno han explicado que eso no es cierto.

Según fuentes oficiales citadas por los medios locales, la presencia castrense en Siria continúa, y lo único que ha ocurrido es que se ha retirado al medio centenar de soldados que se encontraban en la zona del nordeste de ese país en la que iba a registrarse la ofensiva turca, pero aún hay cerca de un millar de efectivos en otras partes.

Erdogan dice que Turquía no dará marcha atrás en Siria pese a las críticas

Akçakale (Frontera turco-siria), 11 oct (EFE).- El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, expresó hoy la determinación de su Gobierno de proseguir con la operación militar en Siria a pesar de las múltiples críticas internacionales, y aseguró que su país no dará marcha atrás hasta lograr el objetivo que busca en el país vecino.

“Digan lo digan, no vamos a detener nuestra marcha contra las YPG/PYD”, declaró Erdogan en un discurso televisado, en la inauguración de una conferencia de parlamentarios dedicada a la lucha contra el terrorismo.

El jefe del Estado turco hizo esa declaración mientras en Washington el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenaba preparar sanciones “significativas” a Ankara por su ofensiva en Siria, mientras el Gobierno de Washington le exigía que “no deje escapar ni a una sola persona del Estado Islámico (EI)” cautiva en la zona.

Aunque las sanciones no se activarán de inmediato, tienen el poder de “paralizar la economía turca”, aseguró el secretario del Tesoro de EEUU, Steven Mnuchin, al anunciar la decisión de Trump en una conferencia de prensa.

“Hemos recibido amenazas de aquí y de allí. No vamos a dar un paso atrás, haremos nuestro trabajo”, insistió Erdogan esta noche.

En su discurso, el jefe del Estado turco aludió al objetivo de la incursión militar en Siria que su país inició el pasado miércoles contra las milicias kurdosirias Unidades de Protección del Pueblo (YPG) y su brazo político, el Partido de la Unión Democrática (PYD).

Ambas organizaciones han sido aliadas de Estados Unidos y otros países occidentales en la lucha contra el yihadista EI en Siria, pero Ankara las considera terroristas por sus vínculos con el proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda activa en Turquía.

El objetivo declarado de la incursión por aire y tierra, apodada “Fuente de Paz”, es forzar la retirada de las citadas milicias kurdas de una franja de territorio sirio adyacente a la frontera turca, de unos 30 kilómetros, y poner esa zona bajo el control de Turquía y reasentar allí a refugiados sirios.

“Continuaremos esta batalla hasta que (las milicias kurdosirias) se vayan al sur del área” de 30 kilómetros, insistió Erdogan.

La ofensiva fue lanzada después de que las tropas estadounidenses abandonaran, por órdenes de Trump, la zona que quiere controlar Turquía.

Aunque la polémica retirada del ejército de EEUU fue interpretada como una luz verde a la incursión militar turca, Trump, presionado por crecientes críticas internas a su gestión del conflicto, ya había advertido el jueves a Turquíasobre e posibles “consecuencias”.

“Es posible que hagamos algo muy, muy duro con respecto a sanciones y otras medidas financieras” contra Turquía, dijo ayer Trump a la prensa.

También la Unión Europea debatirá, en el Consejo de ministros de Exteriores el próximo día 14, la posibilidad de imponer nuevas sanciones a Ankara, tras haberle exigido el cese de la ofensiva militar en Siria por su impacto humanitario y en el proceso de paz.

Por su parte, la ONU alertó hoy de que los bombardeos turcos en el noreste de Siria, que han provocado la huida de decenas de miles de personas, ya han tenido efectos devastadores en algunas infraestructuras vitales para la población.

El Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas advirtió de que una la campaña militar “podría traer inseguridad, caos y el riesgo de un resurgimiento del Estado Islámico”.

De hecho, el EI se ha atribuido un atentado perpetrado hoy con coche bomba en la ciudad siria de Qamishli, controlada por los kurdos, que causó la muerte de cuatro personas.

Siguiente noticia

Disidencias armadas