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Crimen o suicidio de líder de cascos blancos

Según el periódico turco Daily Sabah, en los medios locales de comunicación de Turquía abundan las especulaciones de que el fundador de los Cascos Blancos, James Le Mesurier, podría estar huyen de alguien antes de caer al vacío o haber sido empujado a la muerte en un caso que inicialmente se consideró un suicidio.

A pesar de sus credenciales humanitarias, James Le Mesurier, era un personaje digno de sospecha por ser un agente encubierto del MI6 británico según la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, días antes de morir éste.

Antes de asumir la tarea de formar voluntarios sirios para operaciones de búsqueda y rescate en 2013, Le Mesurier fue un veterano del ejército británico y contratista de seguridad privada de 2008 a 2012, trabajando para Good Harbor, empresa dirigida por Richard Clarke, el ex zar antiterrorista de la administración de George W. Bush.

El trabajo de Le Mesurier incluyó el entrenamiento de miles de mercenarios para la fuerza de protección de yacimientos de gas y petróleo de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), y el diseño de la infraestructura de seguridad para el estado policial de Abu Dhabi, trabajo que le ayudó a reclutar voluntarios sirios de los campos de refugiados de Turquía dispuestos a realizar su trabajo sucio en los enclaves formados por las facciones militantes en las zonas de la guerra en Siria.

Con este contenido de trabajo, es probable que uno se haga de enemigos poderosos, incluyendo agencias de inteligencia y grupos militantes.

Cualquiera de ellos pudo haberlo asesinado.

En particular, los Cascos Blancos operan en el territorio del Frente al-Nusra, en la provincia siria noroccidental de Idlib, y se sabe que reciben órdenes de ese grupo terrorista.

El asesinato de James Le Mesurier debe verse en el contexto del asesinato del jefe del Estado Islámico Abu Bakr al-Baghdadi el 27 de octubre en una redada de operaciones especiales de EE.UU.

La cobertura noticiosa del asesinato de Al-Bagdadi quien, aunque los principales medios han estado pregonando durante años que el líder fugitivo del Estado islámico se escondía en algún lugar de la frontera entre Iraq y Siria en el este, fue encontrado escondido en la gobernación noroccidental de Idlib, bajo el control de militantes de Turquía y el Frente al-Nusra, y fue asesinado en una incursión de operaciones especiales a cinco kilómetros de la frontera turca.

La razón por la que los principales medios de comunicación evitaron escrupulosamente mencionar a Idlib como el escondite más probable de Al-Bagdadi en Siria fue para encubrir la colusión entre militantes de Turquía, yihadistas del Frente al-Nusra y el Estado islámico.

¿Podría el asesinato del fundador de los Cascos Blancos haber sido un acto de venganza por traicionar al jefe asesinado del Estado islámico?

Lo que da crédito a tal teoría es el hecho de que, según informes de medios locales, se había iniciado una guerra territorial por la gobernación de Idlib tras el asesinato de Al-Bagdadi en la redada de operaciones especiales del 27 de octubre y varios líderes militantes del Frente al-Nusra han sido asesinados por yihadistas afiliados al Estado islámico.

La fusión del Frente al-Nusra y el Estado islámico en Idlib no es una sorpresa, ya que el Estado islámico y el Frente al-Nusra solían ser una sola organización antes de que se produjera una escisión entre los dos grupos militantes en abril de 2013 por una disputa sobre el mando.

De hecho, el jefe del Frente al-Nusra, Abu Mohammad al-Jolani, fue nombrado Emir del Frente al-Nusra por Abu Bakr al Bagdadi, el difunto “califa” del Estado islámico, en enero de 2012.

Al-Jolani devolvió el favor al hospedar al líder del Estado Islámico durante meses, si no años, en una casa segura en el territorio de al-Nusra en Idlib, antes de ser traicionado por un informante de las filas de la organización terrorista que filtró la información sobre el paradero de Al-Bagdadi a la inteligencia estadounidense, lo que condujo al asesinato del jefe del Estado islámico en una redada de operaciones especiales el 27 de octubre.

Por último, con respecto a la muerte del fundador de los Cascos Blancos James Le Mesurier, en el centro de Estambul, cabe señalar que Turquía ha acogido a 3,6 millones de refugiados sirios y una miríada de facciones de militantes apoyados por Ankara.

Es muy fácil para los yihadistas del Frente al-Nusra y el Estado islámico mezclarse con refugiados y militantes sirios en los campos de refugiados turcos, y ninguna ciudad de Turquía, incluidas Ankara y la metrópoli, Estambul, donde James Le Mesurier fue asesinado, está fuera del alcance de las facciones militantes respaldadas por Turquía y de los yihadistas sirios, en particular el temible y bien conectado Frente al-Nusra, que tiene patrocinadores en Turquía y los Estados del Golfo.

(http://manuelyepe.wordpress.com)

(*) Este artículo se puede reproducir citando al periódico POR ESTO! como fuente.

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