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La obsesión se mantiene y el fracaso también

LA HABANA, Cuba Por Pelayo Terry Cuervo (Excusivo para Por Esto!).- Para aquellos que pensaban que pudieran ser una retórica las amenazas de Estados Unidos hacia Cuba, ahora tienen una prueba más de que el actual gobierno norteamericano mantiene su apuesta firme por acabar con el proceso actual en el archipiélago y está acudiendo a todo el arsenal que tiene en sus manos.

No le ha bastado al multimillonario Donald Trump con torpedear los discretos avances alcanzados durante la anterior administración, sobre todo cuando el presidente Barack Obama reconoció al gobierno cubano y se dispuso, ya sabemos que con sus características, a iniciar el camino hacia la normalización de los vínculos, luego del histórico 17 de diciembre del 2014, momento en que los dos países acordaron el restablecimiento de sus relaciones diplomáticas.

Trump ha puesto sucesivos traspiés a cualquier cosa que le huela a Cuba y ha venido afectando a diversos sectores, con el recrudecimiento de la política de bloqueo, aun ante el mayoritario rechazo de la comunidad internacional.

Hace menos de una semana, el vicepresidente norteamericano, Mike Pence, anunció las sanciones a 34 embarcaciones de propiedad u operadas por la empresa Petróleos de Venezuela (PDVSA), así como a dos compañías adicionales que transportan petróleo crudo a Cuba.

Ahora, uno de los asesores presidenciales, John Bolton acaba de retomar el infame Memorando de Lester Mallory, el cual en el año 1960 escribió, el 6 de abril para ser más precisos, sobre la forma de cómo destruir a la Revolución Cubana.

Mallory dijo en su ya “famoso” Memorando que el único medio posible para perder el apoyo interno al gobierno de la isla era provocar el desengaño y el desaliento mediante la insatisfacción económica y la penuria.

“La mayoría de los cubanos apoyan a Castro (...) No existe oposición política efectiva (...) El único medio para hacerle perder el apoyo interno (al gobierno) es provocar el desengaño y el desaliento mediante la insatisfacción económica y la penuria (...) Hay que poner en práctica rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica (...) negándole a Cuba dinero y suministro con el fin de reducir los salarios nominales y reales, con el objetivo de provocar, hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”, decía el entonces subsecretario de estado norteamericano.

A 59 años de que aquel papel viera la luz las autoridades estadounidenses retoman su filosofía y buscan lo que no han logrado sucesivas administraciones: rendir por hambre al pueblo cubano.

Bolton sigue el guión de sus jefes y emprende acciones que den seguimiento a la política de hostilidad de la Casa Blanca hacia La Habana, pero sus intentos siguen chocando con la resistencia de la mayoría de los ciudadanos en la mayor de las Antillas, renuentes a perder la independencia y la soberanía, a costa de entregar el país a la potencia vecina.

Hoy la situación en Cuba, de cara a algunos asuntos, sigue siendo compleja, y como mencionamos en un trabajo anterior en los diarios Por Esto!, en las últimas semanas ciertos aspectos de la vida cotidiana han puesto en tensión a los ciudadanos y a las autoridades, sobre todo en aspectos relacionados con el transporte y la alimentación. Un ejemplo de ahora mismo es el desabastecimiento de algunos productos alimenticios básicos en los mercados, como el pollo de importación, de amplia demanda, no solo por sus precios minoristas más asequibles, sino incluso, por haberse convertido en una alternativa ante otros productos muy caros para el bolsillo promedio, y por la tradición de su consumo en diferentes formas. Eso es verdad y se buscan las más disímiles alternativas para superar esta crisis momentánea.

En tal contexto, sin embargo, la vida en el archipiélago continúa su curso y la gente encuentra alternativas para enfrentar los problemas y seguir apostando a un mejoramiento continuo de la vida diaria, como vienen reiterando las máximas autoridades del país en cuanto oportunidad se les ofrece.

Estados Unidos conoce esa realidad y está dando otras vueltas de tuerca con medidas como las mencionadas anteriormente, buscando que la olla, con la presión en lo máximo, reviente por algún lado. Ha sido esa su política durante los últimos 60 años, y no han logrado la explosión deseada. Ahora, no será cuando eso ocurra.

Recrudecer el bloqueo económico, comercial y financiero a La Habana forma parte de la agenda del actual gobierno de Washington, como enfrentarlo, denunciarlo y derrotarlo con más trabajo y eficiencia es la apuesta de Cuba.

Ante la nueva provocación de John Bolton, el canciller cubano dio una respuesta en su cuenta en la red social Twitter:

“El Asesor de Seguridad Nacional de #EEUU John Bolton, 59 años después, retoma el infame Memorando de Lester Mallory y lo supera en brutalidad, monroísmo y macartismo. #Cuba rechaza el chantaje!”, dijo Bruno y dejó por sentado, nuevamente, la posición del país al respecto. No habrá relaciones normales entre Estados Unidos y Cuba si no hay respeto a la soberanía, la independencia y la autodeterminación de los cubanos y si el bloqueo no acaba de una vez y por todas. La obsesión se mantiene y el fracaso también.

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