CAMBRIDGE, EE.UU., 30 de mayo (AP/ Bloomberg).- Una nueva generación de líderes debe “derrumbar los muros de la ignorancia” y rechazar el aislacionismo para superar los problemas globales como el terrorismo y el cambio climático, afirmó la canciller alemana Angela Merkel el jueves, ante estudiantes y académicos de la Universidad de Harvard. La estadista hizo su pronunciamiento durante el discurso principal de la 368ª ceremonia de graduación de la Universidad de Harvard.
Merkel advirtió sobre los peligros del nacionalismo y reiteró sus críticas al mandatario estadounidense Donald Trump sin mencionar su nombre.
Cuando llamó a los estudiantes y exalumnos de la universidad a “derribar muros”, se pusieron de pie.
El grito de batalla de Trump en 2016, por supuesto, era “construir el muro” para evitar que los inmigrantes cruzaran la frontera con México.
“Derribar los muros de la ignorancia y la estrechez mental, porque nada tiene que quedarse como está”, dijo Merkel en un discurso que se inspiró en su propia experiencia de vida detrás del Muro de Berlín para argumentar que es posible un cambio positivo. “Si queremos ir solos, quizá no logremos mucho”, indicó Merkel a los graduados.
Merkel fue elegida canciller de Alemania en 2005 y cumple su cuarto periodo en el cargo que, según ella, será el último.
Sin pronunciar la palabra “Trump”, la jefa de Estado marcó una lista de temas de política en los que se enfrentó con Trump, desde el comercio hasta la inmigración y el cambio climático, que no dejaron en duda a su público a quién se refería.
También advirtió sobre el daño causado a la vida pública cuando las personas tratan “las mentiras como verdad y la verdad como mentiras”, y sugirió que es mejor detenerse y pensar antes de actuar sobre los “primeros impulsos”, comentarios que provocaron vítores y risas.
Poco más de dos años después de que Trump asumiera el cargo, algunos de los asesores de Merkel temen que la ruptura en las relaciones entre Estados Unidos y Alemania haya pasado el punto de no retorno.
Mientras Trump libra una guerra comercial con China y amenaza los aranceles de los automóviles alemanes, la invectiva más explícita de Merkel apunta a una política comercial que pone en peligro los “cimientos de nuestra prosperidad”.