SAN SALVADOR, 1 de agosto (EFE).- Cientos de feligreses de El Salvador comenzaron este jueves en la capital del país una peregrinación para celebrar el primer año de canonización de san Óscar Arnulfo Romero, fomentar una cultura ecológica y pedir por la paz.
Al menos 300 católicos salvadoreños salieron en caminata de la Catedral Metropolitana de San Salvador tras celebrar una misa en el mausoleo del beato, asesinado en 1980 por un escuadrón de la muerte.
Los feligreses recorrieron varias de las principales calles de la capital del país centroamericano cargando pancartas y carteles con mensajes alusivos al mártir, conocido como “San Romero de América”, y al cuido del medioambiente.
La salvadoreña Blanca Alicia de Marenco comentó a Efe que la actividad, que se realiza por tercer año consecutivo, “es una buena oportunidad para recordar el legado de monseñor Romero y, en esta ocasión, también pedir por la paz y por el cuido de nuestra casa común”.
“Estos espacios nos ayudan a conocer más el mensaje de monseñor Romero y ponerlo en práctica al solidarizarnos con el dolor de nuestros hermanos (...) es deber de todos proteger nuestra tierra y creo que si monseñor (Romero) viviera fuera el principal cuidador del medioambiente”, manifestó.
La caminata se alargará por 157 kilómetros y concluirá el próximo 3 de agosto en la localidad de Ciudad Barrios (este), pueblo natal de san Romero.
A la Virgen de los Ángeles
Miles de fieles llegaron este jueves al santuario de la Virgen de los Ángeles, patrona de Costa Rica, para agradecer milagros, cumplir promesas y pedir favores, en el marco de la tradicional romería, la mayor peregrinación del país centroamericano.
Los peregrinos llegan desde todos los rincones del país, sin importar la lluvia, el sol, el calor o el frío; y mucho menos la edad, pues en la romería participan desde niños hasta adultos mayores.
La tradición religiosa indica que el 2 de agosto de 1635 una imagen de 18 centímetros de una madre morena con un niño en brazos y esculpida en jade se apareció a la niña indígena Juana Pereira en una roca.
Ceremonias de la Pachamama
El mundo indígena boliviano, principalmente aymara, comenzó este jueves sus celebraciones por el mes de la “Pachamama”, la Madre Tierra ancestral, con rituales religiosos andinos para pedir prosperidad económica y bonanza en la temporada agrícola.
Centenares de hombres y mujeres se congregaron desde la madrugada en la montaña denominada “La Cumbre”, a unos 4,600 metros de altitud, y a 25
kilómetros al norte de la ciudad de La Paz, cabecera de ingreso a la región cocalera de Yungas, para realizar ofrendas a la deidad indígena.
Allí se erigieron altares para quemar con leña ofrendas compuestas generalmente por mezclas aromáticas de raíces, dulces y frutas para agradar a la “Pachamama” y obtener bendiciones materiales para los próximos 12 meses.