Por Manuel E. Yepe
Impulsada por los enérgicos y juveniles “veteranos” de la campaña de Bernie Sanders conocidos por “sandernistas” -que se agrupan en torno a los socialistas demócratas de Estados Unidos-, la nueva izquierda del Partido Demócrata que está tratando de transformar el viejo partido en tanto que los opositores de esta tendencia desde la izquierda, tanto dentro como fuera del Partido, los atacan recurriendo a todos los recursos posibles, según sostiene el periodista marxista leninista estadounidense Greg Godels.
Esto, por supuesto, plantea la cuestión de si en Estados Unidos el fracaso en asegurar raíces profundas para un movimiento socialista independiente, internacionalista, de principios y revolucionario significa que la política genuina de la izquierda deberá sufrir durante los próximos meses el circo electoral bipartidista, con resultado insatisfactorio garantizado.
“Hemos encontrado una preocupante tendencia a normalizar la connotación positiva del socialismo”, afirmó con amargura la fundación Víctimas del Comunismo (VOC). Pero la mayoría de los estadounidenses entienden el socialismo de una manera muy distinta al concepto científico tradicional.
Según el citado estudio de VOC, sólo un nueve por ciento de los encuestados asocia la idea del socialismo con Karl Marx y Frederich Engels. El referente más popular es Sanders, seguido por los líderes del ala liberal del Partido Demócrata: Barack Obama y Hillary Clinton y la política del New Deal puesta en marcha por Franklin D. Roosevelt durante la Gran Depresión.
Algunos estadounidenses denominan socialistas a los países desarrollados con una notable regulación económica oficial: Suecia, Canadá y Francia, incluso dejando atrás a naciones que declaran explícitamente su carácter socialista, como China, Vietnam, Cuba, Corea Democrática y Venezuela.
Pero ahora parece que Bernie Sanders tiene posibilidades de ganar la nominación y convertirse en el candidato presidencial del Partido Demócrata. A diferencia de la situación de hace tres años, ahora Sanders tendría que competir con otros representantes del ala izquierda del Partido Demócrata que, pese a que no se definen como socialistas, comparten algunas de sus propuestas más progresistas, como Kamala Harris, Elizabeth Warren y Kirsten Gillibrand, que han apoyado la versión más completa del sistema de salud gratuito universal propuesto por Sanders. Juntos, sumarían un 19% de los votantes en las primarias, según este sondeo.
Cualquiera que sea el resultado electoral de Sanders, la propagación del escepticismo hacia el capitalismo dentro de la sociedad estadounidense resulta de la condición socioeconómica del país y tiene un carácter objetivo y positivo, opinan los expertos.
El Partido Demócrata está tratando de transformar el viejo partido en tanto que los opositores de esta tendencia desde la izquierda, los atacan recurriendo a todos los recursos posibles, dice Godels.
Esto, por supuesto, plantea la cuestión de adónde va la izquierda. En EEUU el fracaso en asegurar raíces profundas para un movimiento socialista independiente, internacionalista, de principios y revolucionario -que no esté totalmente absorbido por la política electoral bipartidista-, significa que la política genuina de la izquierda deberá sufrir durante los próximos meses el circo electoral bipartidista, con resultado insatisfactorio garantizado.
Las distracciones provocadas por la absurda RussiaGate, el juicio político a Trump, las guerras por Twitter y los errores de algunas celebridades, hacen que el destino de los venezolanos, los iraníes, los palestinos y de muchos pobres y explotados estadounidenses sigan en manos del enloquecido equipo de política exterior de Trump, un grupo del que la cúpula del Partido Demócrata se niega a sacudirse.
“Hemos encontrado una preocupante tendencia hacia la normalización de la connotación positiva del socialismo”, afirmó con amargura la fundación Víctimas del Comunismo (VOC). Pero la mayoría de los estadounidenses entienden el socialismo de una manera muy distinta al concepto científico tradicional.
Según un estudio de VOC, sólo un 9% de los encuestados asocia la idea del socialismo con Karl Marx y Friedrich Engels. La referencia más popular es Sanders, seguido por los líderes del ala liberal del Partido Demócrata y la política del New Deal puesta en marcha por Franklin D. Roosevelt durante la Gran Depresión.
Algunos estadounidenses denominan socialistas a los países desarrollados con una notable regulación económica oficial: Suecia, Canadá y Francia, incluso dejando atrás a naciones que declaran explícitamente su carácter socialista, como China, Vietnam, Cuba, Corea Democrática y Venezuela.
Por ahora, parece que Bernie Sanders tiene posibilidades de ganar la nominación y convertirse en el candidato presidencial del Partido Demócrata, pero cualquiera que sea el resultado electoral de Sanders, la propagación del escepticismo hacia el capitalismo en la sociedad estadounidense tiene un carácter objetivo y positivo.
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