
En una decisión histórica, los países miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) aprobaron el Tratado Global sobre Pandemias, un nuevo marco legal que establece medidas concretas para prevenir, prepararse y responder a futuras crisis sanitarias, como la vivida durante el COVID-19.
La adopción tuvo lugar durante la 78ª Asamblea Mundial de la Salud celebrada en Ginebra y fue recibida con una ovación generalizada por parte de las delegaciones internacionales.
Este nuevo tratado representa el segundo instrumento legal internacional en salud pública que adopta la OMS en toda su historia, tras el convenio sobre control del tabaco hace dos décadas.
La aprobación no estuvo exenta de tensiones: Eslovaquia, bajo un gobierno ultranacionalista, amenazó con romper el consenso y forzar una votación.

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Sin embargo, tras negociaciones diplomáticas, el país optó por abstenerse, permitiendo así la ratificación por consenso.
El acuerdo busca corregir errores críticos observados durante la pandemia del COVID-19, como la escasez inicial de insumos médicos, el acaparamiento de vacunas por países ricos y la inequidad en el acceso a tecnologías sanitarias.
Entre sus puntos clave se encuentran:
- La creación de un mecanismo de intercambio equitativo de patógenos y datos genéticos.
- El compromiso de garantizar acceso equitativo a medicamentos, vacunas y diagnósticos.
- La implementación del enfoque “Una sola salud”, que articula la vigilancia sanitaria entre humanos, animales y el medioambiente.
El costo humano del COVID-19 superó los siete millones de muertes notificadas, aunque la OMS estima que la cifra real podría ser el doble. A esto se suman pérdidas económicas estimadas en 12 billones de dólares, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Tras tres años de negociaciones, el nuevo Tratado busca asegurar que el mundo nunca más enfrente una pandemia sin preparación ni solidaridad internacional.
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