
El gobierno de Estados Unidos implementó nuevas restricciones migratorias dirigidas no solo a los narcotraficantes, sino también a sus familiares y socios cercanos, como parte de una ofensiva para detener el tráfico de drogas, especialmente el fentanilo, que ha provocado una crisis de salud sin precedentes en ese país.
El anuncio fue realizado por el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, quien detalló que la medida impedirá la entrada a territorio estadounidense de personas con vínculos personales, familiares o comerciales con individuos sancionados por actividades de narcotráfico, conforme a la Orden Ejecutiva 14059.
"Las restricciones de visa no solo bloquean el ingreso de narcotraficantes, sus familiares y asociados, sino que envían un mensaje claro: continuaremos usando todas las herramientas necesarias para frenar y desmantelar el flujo de fentanilo y otras drogas que amenazan la vida de los ciudadanos estadounidenses", declaró Rubio en un comunicado oficial.
Las nuevas limitaciones se apoyan en disposiciones de la ley migratoria de Estados Unidos, que permite negar la entrada a extranjeros cuya presencia sea considerada un riesgo para los intereses nacionales.
El endurecimiento de las políticas migratorias y de seguridad se da en el contexto de la crisis por el fentanilo, la cual, de acuerdo con Rubio, se mantiene como la principal causa de muerte entre los estadounidenses de 18 a 44 años.
Solo en 2024 se registraron más de 220 muertes diarias por sobredosis, cifra que subraya la gravedad del problema.
Desde su regreso a la Casa Blanca en enero de 2025, el presidente Donald Trump ha colocado la crisis del fentanilo en el centro de su agenda política, impulsando acciones tanto en materia migratoria como comercial para combatir el narcotráfico y proteger la salud pública en Estados Unidos.
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