CIUDAD DE MEXICO, 10 de octubre (Agencias).- La construcción del Tren México-Toluca tuvo un sobrecosto del 77 por ciento, al pasar de 33 mil 741 millones de pesos a 59 mil 217 millones de pesos, según el estudio Ojos a la Obra, elaborado por México Evalúa.
De igual manera, apuntó, el costo del Paso Exprés se elevó 73 por ciento; y el del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), 68 por ciento, respecto a lo presupuestado.
Mariana Campos, coordinadora del área de Presupuesto y Rendición de cuentas de la organización, dio a conocer que este miércoles presentaron un análisis de las contrataciones en estos tres proyectos, en el que se consideran tres aspectos: transparencia, eficacia y eficiencia.
La experta en gasto público recordó que el Banco Mundial ha advertido que cuando una obra se eleva más de 25 por ciento de lo presupuestado, ya debe preocupar, “porque está hablando de proyectos que no fueron bien preparados o pueden tener corrupción“.
“Yo creo que eso es de los hallazgos más importantes, porque nos dice que estamos generando proyectos que se precipitan a contratar y a construirse cuando todavía se tienen muchos asuntos que revolver. Es decir, un proyecto de infraestructura no debe empezar a construirse si no se ha completado el trabajo de preparación, su diseño técnico, además de todos los asuntos de factibilidad legal, ambiental, incluida la social, que en México no se toma en serio, pero que puede derivar en conflictos”, indicó.
Campos comentó que el caso de la barda perimetral del Nuevo Aeropuerto llama la atención, porque “es una obra sencilla y observa insuficiencia su construcción. Incluso de acuerdo con informes de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) hay un tiempo en donde la construcción opera sin supervisión, y esa es una mala práctica. Esto conllevó a un sobretrabajo”.
Respecto a las contrataciones, observó que “aparentemente en los tres proyectos existe alta competencia. Si uno lo analiza viendo la cantidad de licitaciones o la cantidad de dinero que se adjudicó en contratos a través de licitaciones, que son concursos abiertos, públicos, donde cualquiera podría participar, esto parece una buena noticia. No obstante, cuando uno se mete a analizar las licitaciones se pueden ver malos síntomas“.