CIUDAD DE MEXICO, 12 de octubre (La Política Online).- Todos lo vieron venir, menos los caciques perredistas que seguían engolosinados con el negocio de las derrotas. Ahora el Sol Azteca atraviesa sus horas más duras, ya no sólo por un desprestigio absoluto en lo político, sino también por una severa crisis financiera que le impide afrontar sus deudas.
LPO explicó semanas atrás que Manuel Granados no podía siquiera afrontar los acuerdos de retiros voluntarios de alrededor de 160 empleados. Hasta ahora sólo se habría liquidado a unos 20 trabajadores. El resto espera en un clima de total zozobra.
El problema es que Granados no busca una salida negociada. Según pudo saber este medio, el dirigente perredista habría reunido ayer por la noche a todo el CEN para solicitar el apoyo de las tribus y avanzar con la disolución del sindicato Unión de Trabajadores del PRD, paso previo al despido masivo de los trabajadores de base.
El primer anuncio contemplaría el despido de unos 200 empleados, que cumplen tareas administrativas, de limpieza y seguridad en las sedes del partido amarillo. “Tenemos caciques millonarios y nosotros nos vamos a quedar sin chamba”, se quejó uno de los trabajadores en diálogo con LPO.
El sindicato cuenta con al menos 200 sindicalizados, que por estas horas organizan una toma de la sede nacional. “Hay una gran molestia no sólo por los despidos sino porque no se está aplicando el mismo criterio para la dirigencia a quien no se le está afectando con ningún recorte”, agregó la misma fuente, al tanto de las inminentes protestas.
La falta de recursos en el PRD es por el pésimo desempeño electoral, que reducirá sus prerrogativas a aproximadamente 150 millones de pesos anuales, esto si Moreno no avanza con su idea de recortar a la mitad los fondos para partidos políticos.
El drama es aún mayor, porque el Sol Azteca tiene una deuda que ronda en los 900 millones de pesos, aunque las autoridades dicen que ya se ha pagado parte de esa cifra. En el Comité Ejecutivo Nacional aseguran que se habrían desembolsado 250 millones, y por ese motivo están escasos de recursos en este momento.
Hay que recordar que algunos meses antes de las elecciones, la dirigente Alejandra Barrales tuvo que desalojar de apuro el edificio de Benjamín Franklin porque ya no podía pagar la renta. Ahora, desde Miami, dice que los militantes deberían aportar dinero para salvar el partido. Brillante.
Como reveló este medio, en los próximos meses el partido convocará a un Congreso Nacional para evaluar una elección tradición para renovar autoridades, o bien buscar la disolución del partido para refundar otro con nuevos actores. ¿Llegará con algo de militancia a esa refundación? Está por verse.