TIJUANA, Baja California, 25 de agosto (Investigaciones ZETA).- César Fabián Guerrero Torres, originario de Colima, de 35 años de edad y asignado a la subdelegación de la Procuraduría General de la República (PGR) de Tijuana, Baja California, desde el 2012, fue ingresado el 17 de agosto del 2018 al sistema penitenciario de Estados Unidos en Fresno, California, con el número de interno 1193215. Lo detuvieron en posesión de 24.64 libras de ice, con un valor de 63 mil 228 dólares.
De acuerdo con el agente que encabezó el operativo de su captura, la actividad delictiva de Guerrero, así como la investigación, forman parte de un operativo mayor por los delitos de transportación y venta con intención de distribución de droga a través de California.
Guerrero Torres fue secretario particular del ex subdelegado Arturo Armenta Martínez, nombrado delegado de la PGR en Sinaloa en marzo del 2018; en la misma subdelegación lo cambiaron de asignación, dejó de ser secretario y lo designaron encargado de Informática y Estadística en febrero del 2018, como parte de los movimientos realizados con el cambio de delegado y reubicación de personal a la llegada de Victorino Porcayo.
De acuerdo con la información, las fotografías de sus redes sociales públicas y las versiones de personal de la PGR, en el último año los viajes de fin de semana de Guerrero a Estados Unidos eran constantes, particularmente a Bakersfield, en el Condado de Kent, en California.
El 11 de agosto, como otro sábado cualquiera, el funcionario cruzó por la Garita de San Ysidro en Tijuana, iba como copiloto en un auto Nissan Versa de cuatro puertas, color naranja, placas B25–NRH-7 del Estado de Baja California. El vehículo era manejado por su esposa y llevaban a una de sus dos hijas.
Todavía en libertad, el 13 de agosto, día que debía regresar al trabajo, el agente hizo una llamada a la PGR para pedir permiso, su explicación fue que se encontraba en Estados Unidos, que el automóvil se le había descompuesto y calculaba que podría retornar hasta el 15 de agosto.
Pero ese mismo lunes lo capturaron, y, el miércoles que venció su permiso, fue su pareja quien habló a las oficinas para informar que lo tenían detenido en Fresno, California.
Aprehendido con drogas
Conforme a lo relatado en el expediente público del caso 1:18-mj-00141-EPG, el 13 de agosto de 2018 el detective “Rivera”, haciendo trabajo encubierto, tenía planeado reunirse con Guerrero; habían acordado que el mexicano le vendería 27 libras de cristal-metanfetamina a razón de 2 mil 700 dólares por libra.
Para concretar la venta, habían estado en contacto a través de telefonía celular, pero ese lunes el agente de la PGR le habló al encubierto para decirle que el carro se le había descompuesto, por lo que había decidido quedarse hospedado en el hotel Knights Inn, localizado en el 1855 de la Avenida West Cleveland, que fue puesto en resguardo de investigación a partir de ese momento.
Los reportes indican que ese lunes, a las 10:45 am, el detective que se hacía pasar por traficante se comunicó por teléfono con Guerrero para organizar la entrega de la droga y le dio instrucciones: que saliera de la habitación del hotel, caminara hacia el sur rumbo al estacionamiento en las inmediaciones del restaurante Perkos. Le pidió que llevara la metanfetamina, el cristal y sus pertenencias.
A las 10:55 am, un sargento Sheriff de Fresno, de apellido Conningsby, pudo observar cómo el empleado de la PGR, quien vestía camisa azul y pantalones cortos, seguía las instrucciones y llevaba dos valijas, incluida una bolsa para gimnasio en su hombro.
El informe indica que, cuando Guerrero se dirigía al restaurante, dos agentes, de apellidos Jackson y Hernández, se le acercaron a bordo de una patrulla y en uniforme de policías para intervenirlo. El oficial de ascendencia latina le preguntó en español si contaba con una identificación y el mexicano le mostró la visa de turista.
En español también le preguntaron si tenía algo ilegal en su posesión, Guerrero respondió afirmativamente. Y mientras miraba la bolsa que traía en el hombro, les dijo que dentro llevaba ice y cristal. Cuando le preguntaron por qué traía la droga, dijo que la iba a entregar a otra persona, pero no lo conocía físicamente.
Los oficiales abrieron la bolsa y encontraron 24 paquetes de plástico y una tarjeta con la imagen de la Santa Muerte. Con esos elementos fue arrestado por violar las leyes antidrogas del Estado de California. Cuando le leyeron sus derechos, solicitó un abogado.
El auto en que cruzó Guerrero fue localizado después frente al restaurante Farnesi en la calle Kennedy en Madera, California.
El imputado fue acusado de transportación de droga con el propósito de venta e intención de distribución.
En México
Aunque de manera extraoficial, al interior del Grupo Coordinación revisan la posible participación de más funcionarios de la delegación de la PGR en las acciones delictivas de Guerrero, al interior de la procuraduría sólo están revisando dos hipótesis como parte de una investigación administrativa:
* La relación del convicto en Estados Unidos con uno de sus excompañeros de la Unidad Mixta de Atención a Narcomenudeo (UMAN), quien renunció a la PGR, de apellidos Sánchez Lomelí, quien presuntamente está traficando cocaína y heroína a Estados Unidos por Mexicali.
* La afinidad de Guerrero con algún grupo, integrado en tiempos del exsubdelegado Arturo Armenta Martínez, quien en junio del 2016 dejó en libertad al agente federal incapacitado, Iván Gómez Aldana, al exagente federal Édgar Luciano Beristáin Ávila, y al civil Omar Galván Valdez, luego que elementos de la Policía Estatal Preventiva y del Ejército los detuvieron en posesión de una cargamento de droga.