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México

Los municipios con más muertos de COVID-19 son también los más pobres

CIUDAD DE MÉXICO, 13 de mayo (SinEmbargo).- La tasa de mortalidad, entendida como la proporción de fallecimientos por COVID-19 en una población concreta por cada 100 mil habitantes, es más alta en los municipios con altos índices de pobreza, de acuerdo con los números de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

La tasa de mortalidad más alta a nivel nacional la tiene el municipio de San Pedro Molinos, Oaxaca, con 142.45 por cada 100 mil habitantes. En esa localidad, el 90.8 por ciento de la población vive en pobreza. Le siguen Sanahcat, Yucatán (109.35), y San Miguel Tequixtepec, Oaxaca (94.88), con 49.9 y 87.7 por ciento de la población en pobreza, en cada uno de los casos.

De nueva cuenta, como ocurrió al revisar la tasa de incidencia, en la tasa de letalidad no aparecen los municipios más afectados por número de contagios. En este caso sobresalen localidades de Oaxaca, Yucatán, Guerrero, Sonora, Puebla y Tlaxcala.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que la mañana de este miércoles se presentará el plan de retorno a lo que llamó “la nueva normalidad”, tomando en cuenta justo los municipios que no presentan casos de coronavirus o un número muy bajo de contagios.

Sin embargo, la UNAM presentó un estudio en el que propone que se evalúen las distintas vulnerabilidades de los municipios independientemente de la cantidad de casos, para prever crisis en las localidades que no estén listas para atender un brote del virus.

Así luce la lista de municipios con mayor tasa de mortalidad, con datos del 11 de mayo, y su porcentaje de pobreza:

Sacramento, Coahuila, ocupa el cuarto lugar de la lista y aunque es el municipio con menor porcentaje de pobreza, es también el que lidera la lista de tasa de incidencia.

Le siguen en mortalidad Xochihuehetlán, Guerrero, con una tasa de 67.59 y una pobreza de 80.8 por ciento de la población; Chila de la Sal, Puebla, con tasa de 66.76 y pobreza de 82.7 por ciento; San Juan Bautista Atlahuaca, Oaxaca, con tasa de mortalidad de 60.53 y de pobreza de 95.7 por ciento; Sáric, Sonora, con tasa de 57.6 y pobreza de 27.4 por ciento; Santa Isabel Xilloxotla, Tlaxcala, con tasa de 55.9 y pobreza de 70.8 por ciento, y Coyotepec, Puebla, con tasa de 40.83 y pobreza de 67.2 por ciento.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que la tasa de mortalidad del COVID-19, es del 3.4 por ciento, ubicado por encima de la primera estimación, que era del 2 por ciento.

El pasado 8 de mayo, el Director General del OMSS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, explicó que a nivel mundial, alrededor del 3.4 por ciento de los casos reportados de COVID-19 han muerto y que la tasa de mortalidad podía variar entre un 0.7 por ciento hasta un 4 por ciento, dependiendo ya de las características de cada país.

Las autoridades de la Secretaría de Salud (SSa), han señalado que en México la mayor repercusión se debe a la “muy grave, grande y larga epidemia de enfermedades crónicas, lo que lleva a que personas menores de 60 años ocupen una proporción importante de la mortalidad, comparado con lo que ocurre en otros países del mundo, donde este fenómeno no se presente”, comentó el pasado lunes, Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de la Secretaría de Salud federal.

Un estudio elaborado por el Coneval instó a las autoridades a fortalecer los servicios estatales y municipales de salud; continuar con la implementación de servicios, protocolos y sistemas de información homologados para todas las instancias de salud durante y después de la emergencia sanitaria.

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